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Xàtiva, cuna del papel en Occidente

Una exposición reivindica el origen setabense de la industria papelera europea y repasa 2.000 años de historia del material

Xàtiva fue la puerta a través de la cual el papel se introdujo en Europa. Producido por primera vez en la China del siglo I y de nuestra era, aquella manufactura que Ts"ai Lun mostró a su emperador llegó a la floreciente Xateba musulmana en el año 1144, más de mil años después. La capital de La Costera asume así ser la cuna del papel en Occidente. Una exposición inaugurada el miércoles en el setabense Museo de L"Almodí reivindica esta constatación histórica, repasando los casi 2.000 años de existencia de este material y analizando la presencia de este producto en la Comunidad. De China a Xàtiva, el invento del papel recorrió un largo e intenso camino. Hasta el siglo IV, el papel amplía tímidamente sus horizontes en los dominios chinos y mongoles. Fecha clave en el proceso de expansión es el año 721. Tras la batalla de Samarkanda, el secreto de la fabricación de papel cae en manos de los árabes. Bagdad, El Cairo o Fez son los grandes puntos geográficos por los que evoluciona su producción hasta llegar a Península Ibérica. Después de Xàtiva, Valencia y Toledo se suman en su fabricación. Como toda aseveración histórica, la paternidad del papel en Europa no está totalmente cerrada. El Misal Mozárabe, obra literaria conservada en el monasterio de Santo Domingo de Silos, está considerado la primera muestra de papel europeo, ya que data del 1036. Sin embargo, documentalmente hay unanimidad en atribuir a Xàtiva el ser la primera población occidental que tuvo industria papelera. El historiador árabe El Idrisi (1100-1172) así lo escribió cuando en una de sus creaciones dijo de la ciudad valenciana que era "bonita villa con castillos" y lugar "donde se fabrica el papel como no se encuentra en parte alguna del mundo". El rey Jaime I, tras conquistar la ciudad, fue el artífice de la consolidación papelera de Xàtiva. El monarca conquistador se marcó como objetivos favorecer, proteger y controlar la ya entonces célebre producción industrial setabense. Fruto de aquel proteccionismo, el esplendor productivo de Xàtiva se extendió a lo largo de los dos siglos posteriores. La ciudad fue suministradora de toda la Corona aragonesa. Sin dejar de existir nunca una producción considerable, la industria ya no encontraría en la ciudad setabense otro auge en la producción del papel hasta el siglo XIX. De 1820 y 1878 datan dos molinos papeleros en Xàtiva que pudieron ser el contrapunto al crecimiento industrial que experimentaron poblaciones como Alcoy o Banyeres, líderes del sector hasta este siglo. Fruto sin embargo de la solera en la fabricación del papel que Xàtiva había protagonizado fue, quizá, la creación en 1932 de la factoría papelera de Gregorio Molina, la popular fábrica de San Jorge. Esta empresa alcanzó una producción que la convirtió en líder en Europa del papel de estracilla y empleó a más de 200 trabajadores. De aquel emporio que fue decayendo en los años cincuenta y sesenta sólo queda la arquitectura industrial testimonio de aquel esplendor. Un fabricante de cartón, Rafael Hinojosa, prolongó con sus factorías el liderazgo setabense en la materia. La muestra permanecerá abierta al público hasta el próximo 22 de noviembre y, en el patio del museo, los martes, miércoles y jueves por la mañana se efectúan demostraciones de fabricación tradicional de papel a mano.

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