Maeso se somete a la exploración física tras la advertencia del juez

cia [EN] Juan Maeso, el anestesista imputado por el masivo contagio de hepatitis C localizado en dos hospitales de Valencia, acudió finalmente el sábado a la Clínica Médico Forense para someterse a la exploración física que podría determinar si es o ha sido consumidor de opiáceos. El médico, responsable, según el estudio realizado por la Consejería de Sanidad, de al menos 171 casos de infección, no quiso que se le practicaran esas mismas pruebas hace quince días. Una advertencia del juez le hizo cambiar de opinión.

El anestesista eludió el pasado seis de octubre el examen médico al no poder costear -merced a la querella que le enfrenta con su aseguradora acerca de quién debe financiar su defensa legal- el asesoramiento científico que él y su letrada consideraban imprescindible. Un auto del juez le hizo cambiar de opinión. El magistrado encargado del caso, José Manuel Ortega, respondió con rápidez y claridad la decisión de Maeso. Su negativa, le advirtió, podría ser considerada como una prueba en su contra, para, a continuación, instarle de nuevo a someterse a la exploración física. Esta vez al anestesita transigió. El pasado sábado, acompañada de su letrada y en presencia del juez y el secretario judicial, estuvo poco más de media hora a disposición de los forenses, que le cortaron varios de sus cabellos y le practicaron otras pruebas cuyos resultados ya han sido remitidos al Instituto Anatómico Forense de Madrid. La operación no estuvo supervisada por ningún experto contratado por Maeso. Las conclusiones del estudio no estarán a disposición del instructor del caso antes de, como mínimo, dos meses. Ortega ordenó la realización de las mencionadas pruebas a la vista de todos los datos que obran en su poder. Las primeras pruebas científicas realizadas a instancia de la Consejería de Sanidad, varios informes policiales y las declaraciones de varios de los testigos que han sido llamados a declarar apuntan que el anestesista pudo cometer numerosas negligencias en el ejercicio de su profesión. Entre otras, un supuesto uso irregular y abusivo de opiáceos. Todos estos indicios condujeron al juez a hacer explícita su primera hipótesis de trabajo: Maeso pudo contagiar a muchos de sus pacientes -hasta 171, según los últimos datos oficiales facilitados por la consejería- inyectándose con la misma jeringa parte de la anestesia destinada a sus pacientes. Algunas enfermeras que han compartido quirófano con el imputado aseguraron, en sus comparecencias en el Juzgado de Instrucción número 5 de Valencia, que muchas personas asistidas por el ex jefe de servicio de anestesia del Hospital Maternal de La Fe despertaban con prontitud y anormales dolores en el postoperatorio. Otras, por contra, defendieron la profesionalidad de su antiguo superior. El juez reclama el informe Mientras, el magistrado ha requerido "urgentemente" a la Consejería de Sanidad "para que remita a la mayor brevedad posible" el informe epidemiológico cuyo contenido adelantó, el mismo sábado, EL PAÍS. Ortega recuerda en su auto al departamento dirigido por Joaquín Farnós que ese estudio está "pendiente" de ser trasladado al magistrado, quién, precisamente, acordó la realización del estudio científico que debe aclarar el origen de la masiva infección. La petición del juez, que alude en su escrito a la información publicada por este periódico, advierte que la "revelación a la prensa de dicho informe" puede ser constitutiva de delito. Un portavoz de Sanidad aseguró el sábado que el estudio no estaba concluído. El martes, el director general de Salud Pública, Francisco Bueno, destapó en una comparecencia en las Cortes Valencianas, entre otros datos, que Maeso constituye el único foco de contagio.