AMOR ENCONTRADO EN SARAJEVO

La racha amorosa que parece afectar a los políticos suecos continúa. Carl Bildt, líder del Partido Conservador de Suecia y ex primer ministro, contrajo ayer matrimonio en una iglesia de Sarajevo con Anna María Corazza, una joven italiana que fuera compañera de trabajo durante el tiempo que Bildt se desempeñó como representante de la Unión Europea en Bosnia. El político sueco había estado casado anteriormente con Mia Bohman, hija del fallecido líder del partido, Gösta Bohman, con la que tuvo dos hijos. La experiencia de Bosnia tuvo una influencia decisiva en la vida de Bildt, un típico político "de laboratorio" bien educado en escuelas exclusivas y moviéndose siempre en los medios conservadores, consecuente a ultranza con sus convicciones. Su rigor ideológico despierta resistencias entre el electorado sueco que aprecia su capacidad de líder y le considera un adecuado jefe de Gobierno, pero que llegado el momento de las elecciones no vota por su partido. Éste tuvo en las últimas elecciones el mismo porcentaje de votos que hace 20 años. Cuando volvió de Bosnia, el prestigio de Bildt había crecido entre sus compatriotas. Pero era otro hombre. Aunque no había renunciado a sus creencias, su experiencia con una realidad tan dolorosa lo había vuelto más humano y tolerante. Algunos correligionarios le reprocharon cierta blandura con sus adversarios políticos, y en la noche de la derrota electoral se le vio asumirla con una tranquilidad inusual en él. No era un secreto que detrás de ese cambio había también algo más apasionante que la política y que, como en los culebrones que imitan la vida, tenía nombre de mujer. Anna María Corazza se llama la joven italiana que con su calidez mediterránea, supo fundir los hielos escandinavos de los que estaba hecho Bildt. En un gesto romántico y simpático, la pareja quiso consagrar su unión en el mismo dramático escenario en que sus vidas se cruzaron por primera vez. Aunque ahora, bajo el signo del amor y la esperanza.-