Esfuerzos fonéticos tras un pacto lingüístico

Todos los discursos que se enunciaron ayer en el Palau de la Generalitat fueron expresados en valenciano. Eduardo Zaplana, José Joaquín Ripoll y Santiago Grisolía apostaron decididamente por el impulso de la lengua autóctona y leyeron sendas intervenciones en valenciano. Grisolía, presidente del Consell Valencià de Cultura demostró un refinado sentido del humor en su primera comparecencia ante la comisión de Cultura de las Cortes cuando lamentó no poder dirigirse a sus señorías en valenciano y apuntó, desde su condición de ciudadano estadounidense, que su castellano tampoco era precisamente cervantino. Ayer, hizo un esfuerzo ejemplar en aras del uso social de la lengua. Pero es evidente que la normalización fonética escapa al pacto lingüístico y el ilustre bioquímico deslizó un inconfundible acento estadounidense al afrontar la lectura del texto que tenía preparado para la ocasión. Palabras como problemes, posició o científic fueron pronunciadas con inequívoco sabor americano. El portavoz del Consell, que sufrió lo suyo la primera vez que tuvo que leer los decretos relativos a la concesión de las altas distinciones, demostró ayer que ha mejorado mucho. Zaplana fue el más desenvuelto. Después de su intervención intercambió unas severas palabras con Ramon Lapiedra, uno de los hacedores del pacto como miembro del CVC a propuesta del PSPV, y uno de los primeros impulsores del uso social del valenciano. La composición de la Acadèmia sigue en el aire, como los acentos que ayer resonaban en el Palau.