_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La patronal

Miguel Ángel Villena

Hace algunos años un empresario valenciano que dirigía una pequeña firma, líder de su sector en Europa, confesaba desde su despacho de un pueblo de l"Horta que había llegado a donde había llegado, a pesar de las organizaciones patronales. "Nunca he estado afiliado a ninguna entidad empresarial, ¿para qué?", concluía este emprendedor industrial cuyo nombre prefiero mantener en secreto. No es el único caso, ni mucho menos, de empresario de éxito ajeno a los tejemanejes de una de las burguesías más desastrosas de España. Porque al margen de los sesudos libros de los historiadores sobre la estrechez de miras de nuestros burgueses autóctonos, el empirismo suele funcionar como un buen termómetro. Si ustedes recuerdan, a mediados de los ochenta Vicente Iborra, una antiguo presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, tuvo serios problemas con los tribunales que finalmente lo condenaron por un escándalo de tarifas en los aparcamientos de los aeropuertos españoles. Aquellos años fueron desoladores para el orgullo patrio porque además el Valencia Club de Fútbol descendió a 2ª División por primera vez en su historia. Pueblo acostumbrado al individualismo y poco dado a identificaciones colectivas, aquellos dos acontecimientos no provocaron mayores amarguras ni desvelos. Pero hace unos días otros ex dirigentes patronales, José María Jiménez de Laiglesa y Luis Espinosa, han vuelto a ocupar primeras páginas en los periódicos y carpetas de sumarios en los juzgados. Sin entrar en aquello que resuelvan los tribunales, habrá que comenzar a pensar en una cierta maldición, en un estigma o quizá en una tónica. Como las desgracias nunca vienen solas los problemas de Jiménez de Laiglesia y Espinosa vuelven a coincidir con una nefasta racha del Valencia. Algunos patronos triunfadores suelen decir, siempre en voz baja y en privado, que los puestos de relumbrón están reservados para burócratas y no para auténticos empresarios. "Los industriales de verdad estamos trabajando", apostillan.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_