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Una invidente de 72 años muere abrasada al incendiarse su piso de Usera

Felipa Oviedo Trujillo, una invidente de 72 años, no logró escapar de las llamas. La mujer, viuda desde hace tres años, murió en la tarde de ayer calcinada en el incendio de su piso, situado en la calle de Pradolonguillo (distrito de Usera). El humo del fuego se propagó a viviendas adyacentes y afectó a una vecina, que sufrió una intoxicación leve, y provocó pequeñas quemaduras a dos de los bomberos que participaron en la extinción. El incendio se declaró en un brasero eléctrico, que prendió en las faldas de una mesa camilla, según las primeras pesquisas.La anciana vivía desde hace 18 años en la última planta -la séptima- de una de las torres que el Ivima posee en Usera. Su marido falleció en 1995. Desde entonces compartía el piso con un hombre de 25 años que, a cambio del cobijo, cuidaba a la mujer. Sin embargo, Felipa estaba ayer sola en su casa, de 70 metros cuadrados. La tarde era fría y puso el brasero eléctrico debajo de la mesa camilla para caldear la casa. Luego se echó a descansar sobre el sofá.

Emilia, su vecina del sexto piso, fue la primera en sobresaltarse. "Olí a quemado, salí a la escalera y me topé con el humo", comentó ayer. Al instante llegaron a la casa varios agentes de la Brigada Provincial de Información que pasaban casualmente por la zona. A la llegada de cuatro coches de bomberos, las llamas ya devoraban toda la vivienda. Las paredes revestidas de poliuretano y los desperdicios almacenados en el piso avivaron el fuego. Ninguna de las dos bombonas de butano de la casa estalló en el incendio, aunque se escucharon varias detonaciones que asustaron todavía más a los vecinos. Se trataba del estallido de la televisión y de algún electrodoméstico. Felipa murió calcinada en el salón. Agentes del grupo de Policía Científica trabajaron hasta la madrugada en la casa para intentar esclarecer aún más el origen del fuego.

Desperdicios en la casa

Los vecinos del bloque aseguran que en varias ocasiones han denunciado a Felipa ante la Junta Municipal de Usera porque solía acumular basura y desperdicios en su domicilio. "A veces, el olor era muy desagradable y no se podía respirar", comentó una vecina del sexto piso.Los vecinos también señalaron que en varias ocasiones avisaron a los técnicos municipales de esta suciedad, pero que nadie les abrió la puerta. "El chico no dejaba que nadie entrase en la casa", señaló una. Felipa tenía una hija que vivía en la calle de Embajadores y que acudía a verla con frecuencia, indicó otra vecina.

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