"Piculín" Ortiz clama por su inocencia

Nació el caso Piculín. El pívot de 35 años y 2,05 metros que en su día militara en las filas del Barcelona, del Real Madrid y del CAI Zaragoza, está dispuesto a todo para dejar a salvo su reputación. José Ortíz, conocido como Piculín, se rebela desde su país, Puerto Rico, contra la decisión de las autoridades deportivas de Grecia de suspenderle por dos años después de que diera positivo en un control antidopaje realizado el pasado 8 de agosto durante la celebración del Mundial en Atenas. La sustancia que se le detectó a Ortíz fue estanozonol, un esteroide anabolizante, el mismo con el que dio positivo el atleta canadiense Ben Johnson en los Juegos Olímpicos de 1988.

Piculín alegó que tomó una sustancia como parte de un tratamiento médico para curar una lesión muscular y también negó haber consumido esteroides anabolizantes. "Mi carrera como jugador ha sido limpia y pura", dijo. Es más, el pívot puertorriqueño, explicó también que los directivos del Paok le han asegurado que son falsas las noticias publicadas por la prensa griega en el sentido de que dio nuevamente positivo en un segundo análisis antidopaje. "Voy a luchar con uñas y dientes contra el castigo", anunció Piculín antes de informar que iba a adelantar a hoy su regreso a Atenas para intentar aclarar la situación. "Voy a agotar todas las vías para hacer una apelación, aunque debe quedar claro que me suspendió la federación griega -que fue la que llevó a cabo el control antidopaje-, eso no implica que que me hayan excluido de mi equipo, el Paok. Ellos están conmigo en el proceso de apelación".

Dos veces sentenciado

"Se me ha sentenciado dos veces, ahí está básicamente el tema. En las pruebas de este tipo de medicamento hay un efecto que no sale de un día para otro, y en Grecia lo sabían. Esta sustancia tarda de seis a ocho meses en salir del sistema, dependiendo del metabolismo de cada pesona. Sabían que la segunda prueba también sería positiva". Ortíz reiteró que sólo tomó la sustancia en abril pasado como parte de un tratamiento terapéutico, aunque en Grecia no aceptaron el certificado médico que lo demostraba. Puntualizó que otros dos jugadores, a los que no identificó, estaban en su misma situación, pero en cambio a ellos sí les fue aceptado el certificado médico y continúan jugando sin problemas en las competiciones de Grecia."Esto es ya un caso legal, aunque no puedo especificar los argumentos que se presentarán", dijo. "En el torneo pasado abandoné el Aris también de Salónica, que tiene mucho poder en Grecia, porque no me pagaban, y yo podría ser un chivo expiatorio por esa circunstancia".

En el Mundial de Grecia también dio positivo el alero nigeriano Julius Nwosu pero, en su caso, el control fue realizado por la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) que lo sancionó por dos años.

Con el caso de Piculín vuelven a recordarse algunos otros que han estado en la lista negra del dopaje y que fueron motivo de polémicas y dudas. Los últimos en España han sido los de los atletas Daniel Plaza, marchador, campeón olímpico en Barcelona 92, y el lanzador de disco, plusmarquista nacional David Martínez.