Jiménez: "No quiero guerra con Olano"

Acabó la Vuelta, pero la polémica de las dos últimas semanas sigue viva. Pese a que en la fiesta de celebración del Banesto se intentara cerrar las heridas, las últimas declaraciones de Abraham Olano sobre su compañero José María Jiménez han vuelto a poner de manifiesto que es muy difícil que la convivencia entre ambos vuelva a ser normal. Pero el "Chava" quiere dar por cerrado un debate. "No quiero guerra", dijo ayer en su pueblo natal.

Es fiesta en el Barraco. El pueblo serrano de Ávila recibe a su héroe. El Chava [pese a que su apodo debería escribirse con be, al provenir de Chabacano, sobrenombre que le pusieron a su abuelo, el ciclista, quiere que se escriba con uve: "así es como me gusta a mí"], Jiménez, llega tarde a su homenaje en el balcón del Ayuntamiento. El ciclista se ha pasado la mañana grabando el capítulo de una serie televisiva, en una sesión que se ha alargado más de la cuenta. No ha tenido tiempo de leer los periódicos. No sabe que su compañero de equipo, Olano, ha dicho que prácticamente le debe el podio en la Vuelta. Y tampoco parece que le importe mucho. "No creo nada de lo que me digan que ha dicho. Se ha publicado tanto...", dice. "Prefiero que me lo diga a mí. Y a mí, no me ha dicho nada"."Si yo me llevo bien con todos. Yo sólo soy un trabajador". Jiménez quiere cerrar de una vez el agrio debate que abrió Karmele, la mujer de Olano, en la etapa de las lagunas de Neila en la Vuelta. "No me gusta la polémica que se ha montado", dice. "Esta situación es lo más triste que pueda pasar en un equipo. Eso de discutir con un compañero es lo peor. Yo he hecho mi trabajo, que era ayudarle a ganar la Vuelta. No quiero guerra. No quiero hablar más ni responder porque no quiero perjudicar al Banesto, que cansado de la situación, puede decir que sólo podemos seguir el año que viene uno de los dos".

Parece difícil que la relación personal entre el ganador de la Vuelta, y Jiménez, tercero en la general final y ganador de cuatro etapas, pueda mejorar. "En la cena del domingo apenas pude hablar con Abraham", dice. "Nos felicitamos mutuamente, pero no solemos tener conversación. Cuestión de caracteres. Cada uno es cada uno". Sí que aprovecho Jiménez la fiesta privada que organizó el Banesto para celebrar su triunfo en la Vuelta para saludar a Karmele, la mujer de Olano. "Ella no me hablaba, pero yo si fui a saludarla".

Recuerda también Jiménez, aunque no lo quiere contar, que cuando concluyó la etapa burgalesa, Olano le abrazó en la trastienda del podio y le felicitó por la etapa. No habían oído la radio, ni a Karmele criticando duramente el ataque del Chava. Después, cada uno de ellos bajó a Burgos en un helicóptero diferente, gentileza de dos emisoras de radio. Entonces Olano se transformó. Entró gritando en el hotel: "Hay un traidor en el equipo". Al día siguiente, Jiménez no se cortó la lengua e intentó explicar que no cuadraba mucho que la mujer dijera una cosa y el marido la contraria hasta que no habló con ella.