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El socialdemócrata Schröder alcanza el poder en Alemania y pone fin a 16 años de la era Kohl

El canciller se declara responsable de la derrota y anuncia su retirada como líder de la CDU

Bonn El triunfo de Gerhard Schröder en las elecciones de ayer, por un margen mayor del previsto, garantiza la formación de un Gobierno de mayoría socialdemócrata en Alemania después de 16 años dominados por la figura de Helmut Kohl. La victoria del SPD marca un momento histórico en Alemania, donde nunca desde la Segunda Guerra Mundial había sido derrotado un canciller en ejercicio, y abre una nueva etapa para la construcción europea, en la que Kohl desarrolló un papel fundamental. Los sondeos a pie de urna anticipaban una mayoría suficiente de socialdemócratas y Verdes.

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Fin de era en Alemania

El descalabro electoral de la democracia cristiana (CDU/CSU), que con algo más de un 35% consiguió el peor resultado desde las primeras elecciones de la República Federal de Alemania en 1949, pone punto final a la era de Kohl. "El nuevo centro en Alemania ha decidido. Los votantes han optado por un cambio de generación. Alemania será más moderna y socialmente más justa", manifestó Gerhard Schröder al proclamar su victoria. Kohl aceptó la derrota justamente una hora después del cierre de los colegios electorales. En la comparecencia ante sus seguidores, el canciller tragó saliva, se pasó la lengua por los labios y dijo: "No hay nada que discutir. Está claro que asumo la responsabilidad de la derrota, sin el menor pero". Kohl anunció que ya no estará disponible como candidato a la presidencia de la CDU en el próximo congreso del partido, que se celebrará en noviembre en Bonn.

Schröder proclama la victoria del nuevo centro

El nuevo canciller socialdemócrata alemán promete estabilidad económica y continuidad en la política exterior.

Desde hace 16 años ha gobernado en Alemania una coalición entre democristianos (CDU/CSU) y liberales (FDP), bajo el liderazgo de Helmut Kohl (CDU). Los socialdemócratas (SPD), con Schröder, de 54 años, a la cabeza, lograron algo más de un 41% de votos y, por segunda vez en la historia de la República de Bonn, tuvieron más votos que los democristianos. El partido ecopacifista Los Verdes, con un 6,7% de votos, y los liberales con un 6,2%, consiguieron entrar en el futuro Parlamento Federal (Bundestag) al rebasar la barrera del 5%. Según proyecciones, confirmadas al avanzar la noche, también los poscomunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS) estarán representados en el Bundestag con un número importante de diputados, 35 o 36, al superar el 5% de votos y además haber ganado tres mandatos directos en la ciudad de Berlín. La incertidumbre sobre el reparto de escaños, ante la posibilidad de que los mandatos excedentes puedan aumentar la ventaja del SPD, y las discrepancias entre las proyecciones de las dos cadenas públicas de televisión, ARD y ZDF, provocaron que los dirigentes de los partidos se negasen ayer a pronunciarse sobre posibles coaliciones de gobierno. Las cúpulas dirigentes de los partidos se reúnen hoy en Bonn para analizar los resultados definitivos y fijar la línea que seguirán en los próximos días. El resultado de ayer hace posibles una coalición del SPD con Los Verdes y también una gran coalición entre el SPD y los democristianos. La Unión Social Cristiana (CSU), los hermanos bávaros de la CDU, ya dieron calabazas al SPD ante una posible propuesta de gran coalición. El presidente de la CSU, el ministro federal de Hacienda Theo Waigel, declaró de modo tajante: "Rojo y verde se presentaron; rojo y verde ganaron, y ahora rojo y verde tienen que gobernar".

Sin gran coalición

Antes que Waigel ya el presidente de Baviera, Edmund Stoiber, había dejado rayada la cancha de juego: "Con nosotros no habrá nunca una gran coalición". Por su parte Waigel, insistió contundente: "No habrá una gran coalición con la CSU. Con nostros no habrá una coalición con el SPD. Sería una catástrofe para el país. La alternativa es clara: rojo y verde por un lado, y nosotros haremos una oposición constructiva, con una clara alternativa en el Bundestag como oposición". Todo parece indicar que los democristianos, o al menos los que ayer se manifestaron, tratan de obligar al SPD a formar una coalición precaria con Los Verdes. Schröder se negó ayer a hablar de la posible pareja de coalición y repitió la idea de toda la campaña electoral: Alemania necesita un Gobierno con mayoría estable. La estrategia democristiana esbozada ayer parece indicar que se busca una polarización y esperar a que la tradicional falta de disciplina de Los Verdes ponga en peligro la coalición rojiverde. Los Verdes sí se mostraban dispuestos a entrar en coalición con el SPD. A las 19.00 horas, Schröder se presentó ante sus seguidores en una tribuna, instalada ante la sede del partido en Bonn. Llegó el candidato socialdemócrata acompañado del presidente del SPD, el jefe de Gobierno del Sarre Oskar Lafontaine, y, en segundo plano, su esposa, Doris. Se dirigió Schröder a sus seguidores, que le aclamaban, y, en primer lugar, expresó su respeto por el canciller derrotado Kohl. Después, el futuro canciller federal se mostró orgulloso del trabajo realizado por el SPD y feliz por el apoyo recibido. Recordó a los anteriores cancilleres socialdemócratas de Alemania, Willy Brandt y Helmut Schmidt, y expresó que su victoria supone una continuidad con ellos. Según Schröder, "nuestro concepto se basa en el nuevo centro y está claro que esa idea era correcta". Como objetivos centrales de su futuro gobierno fijó de forma clara "la estabilidad económica, la seguridad interior, pero sobre todo, la continuidad en la política exterior. Mi objetivo más importante es la lucha contra la plaga del paro". Se refirió a continuación a los alemanes del Este y expresó su voluntad de mejorar la unidad interna de Alemania, que va más allá de la estatal, ya conseguida. Tras concluir su intervención, dio un apretón de manos poco efusivo a Oskar Lafontaine. En una entrevista con la primera cadena de televisión pública ARD, Schröder reconoció: "Siempre había esperado quedar por encima de la CDU/CSU, pero con un resultado mucho más apretado". A la pregunta de si el éxito es personal o del partido, respondió que ha sido el partido, el programa y la persona. También repitió el vencedor de las elecciones alemanas que el SPD ha recuperado la tradición de los años setenta, al conseguir atraer al electorado del centro. Sobre el futuro gobierno dejó claro el futuro canciller que "el país necesita un gobierno estable, sin tener que recurrir a los votos del PDS". Los votos de los poscomunistas del PDS se encuentran sometidos a una especie de cuarentena política y existe una ley no escrita de no contar con ellos para gobernar.

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