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UV será beligerante si la reforma del estatuto no iguala la Comunidad con vascos y catalanes

Unión Valenciana se examinó ayer ante la militancia de sus tres años de coalición con el PP en el Consell. Pese a que los "objetivos generales de gobierno" se han cumplido de forma positiva, el presidente nacional de la formación, Héctor Villalba, no tardó en recordarle al PP que han sido menospreciados y objeto de una campaña de "acoso y derribo". A ocho meses de las elecciones UV se fijó ayer dos objetivos: conseguir que el estatuto estatuto de autonomía reconozca la "nacionalidad histórica" de la Comunidad y "evitar que se nos niegue nuestra lengua, el valenciano".

Sobre estos dos pilares basculó el mítin de casi una hora del presidente nacional de los regionalistas, cuyo discurso se fue radicalizando progresivamente y llegó al clímax en el momento de entrar al trapo en lo que él mismo no dudó en calificar entre aplausos como "el conflicto de la lengua". Villalba se mostró convencido de que el dictamen sobre el valenciano del Consell Valencià de Cultura (CVC) ha defraudado a los valencianos porque no recoge "ni nuestra gramática, ni nuestra idiosincrasia, ni nuestra normativa". Para el presidente de las Cortes, tres meses han bastado para certificar que el CVC "no ha resuelto nada" y que las dos formaciones mayoritarias, PP y PSPV, sólo persiguen "llenar las listas de la nueva Academia Valenciana de la Lengua" (AVL). "Nosotros ya le hemos hecho llegar a Zaplana que estamos dispuestos a renunciar a imponer un sólo nombre de la lista, siempre que los que la formen sean aquellos que asumen que el valenciano es una lengua diferenciada y distinta de las otras del resto del Estado". Tras los ataques a las dos grandes formaciones "centralistas", Villalba rebajó el tono e invirtió el discurso. Con un aire didáctico y siempre acompañado por una pantalla gigante a sus espaldas, pidió a la militancia que no se sorprenda si su formación se ve obligada a pactar en el futuro "unas veces con los socialistas y otras con los populares" para conseguir la estabilidad de gobierno que permita "aumentar el autogobierno". Antes de terminar y con palabras conciliadoras, después de arengar a unas 1.000 personas, lanzó un mensaje implícito de que van a terminar la legislatura, pese a las diferencias, de la mano del Partido Popular. Antes de la intervención final de Villalba, varios consejeros y el portavoz en Cortes de UV se convirtieron en los sparrings encargados de caldear el ambiente de un Palau de la Música con aroma a época pre-electoral. Los tres años de gestión que expusieron tanto el consejero de Medio Ambiente, José Manuel Castellá, como la de Agricultura, Pesca y Alimentación, Maria Ángeles Ramón-Llin, no admiten dudas: antes de UV la nada. Tres años después, su gestión se acerca al paraíso. Ninguno de los dos mencionó ni una sola cuestión espinosa. Baste señalar que Castellá ni se refirió a la polémica que ha creado su política de preservación de los humedales como el de Pego-Oliva

Fuego en la sala Iturbi

Los dirigentes de Unión Valenciana se las prometían felices ayer por la mañana en la sala Iturbi del Palau de la Música con una militancia entregada y un cartel intachable de tres años de gestión de sus dos consejeros, José Manuel Castellà y María Ángeles Ramón-Llin. El colectivo de bomberos del consorcio provincial de Valencia se encargó, sin embargo, de hacer público que UV también tiene frentes abiertos, como el convenio de este colectivo profesional. Unos 50 bomberos rechazaron ayer la gestión y la dirección de UV al frente de esta institución. Los bomberos, que intentaron entrar en la sala donde se realizaban los discursos con lo que hubo más que un cruce de acusaciones con militantes de UV, acusan a la formación regionalista de incapacidad para negociar el convenio, de una formación deficitaria, a la vez critican que no se aumente la plantilla pero sí los cargos de dirección. Si UV culpó al PP del altercado por no enviar a las fuerzas de seguridad -UV aseguró que ya había alertado de la protesta- algunos militantes salieron por la tangente. "Vaya sinvergüenzas", decía uno de los simpatizantes de UV, tras la entrada de los bomberos en la sala.

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