_
_
_
_
_

Luis Fernández agudiza su autoritarismo en el Athletic

Impidió entrevistar a Guerrero, Larrazabal y Roberto Ríos

Luis Fernández agudizó ayer su enfrentamiento con los medios de comunicación. El incidente se produjo cuando los periodistas asistentes al entrenamiento del equipo solicitaron la presencia de los futbolistas Guerrero, Larrazabal y Roberto Ríos, lo que fue rechazado por el entrenador rojiblanco imponiendo la presencia alternativa de otros tres integrantes de la plantilla, Felipe, Lacruz y José Mari. Los periodistas decidieron entonces trasladarse a la salida de las instalaciones para recabar la opinión de los futbolistas, lo que motivó una presunta rectificación del entrenador que devolvió a los periodistas a la sala de prensa. Todo era una juego. Una vez desalojados del aparcamiento se encontraron con que Luis Fernández les comunicaba que los futbolistas requeridos habían abandonado las instalaciones de Lezama. La trascendencia de lo sucedido obligó a la Junta Directiva a emitir una nota pidiendo disculpas "por las molestias causadas a los periodistas y a sus respectivos medios de comunicación" por lo que catalogaba como "una confusión" con la lista de jugadores solicitadaLa estrambótica actuación de Luis Fernández culmina una errática postura del técnico hispano-francés con los medios de comunicación. La pasada temporada decidió que la presencia de futbolistas en las sala de prensa era de su competencia y requería su visto bueno. Además decidió que ningún futbolista de categorías inferiores o debutante ocasional en el primer equipo atendiera a entrevistas o conferencias de prensa.

La presente temporada, el enfrentamiento del entrenador con los medios de comunicación se ha producido desde el primer momento. Tras el primer partido de liga (2-0 en Zaragoza) cargó contra los medios de comunicación. A principios de la presente semana, las críticas se dirigieron a los medios nacionales por la escasa atención que dispensaban al Athletic. Ayer redondeó su obsesión particular con un jugueteo infantil con los periodistas desplazados a Lezama. La actitud del entrenador (que recientemente ha renovado su contrato por una temporada) ha causado profundo malestar en la Junta Directiva. La reiteración de sus desplantes, su particular interpretación de la libertad de expresión ( tutelada y dirigida según su criterio) y su tendencia manifiesta al exceso dialéctico han tambaleado su consenso social. Ayer convirtió la discrepancia en un nuevo ejemplo autoritario. Una costumbre con antecendentes en Bilbao.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_