"Tengo mucho que decir y mucha gente a quien señalar"
Richard Virenque corre la Vuelta para olvidar los sucesos judiciales que le persiguieron en el Tour. Al ciclista francés se le nota que está aún bajo sospecha, a la espera de que los organismos federativos se pronuncien sobre su futuro. No sólo a él. También a Zülle, a Dufaux, a Brochard, a Hervé. En la Vuelta ha encontrado un bálsamo para curar el resentimiento, intentar olvidar el rencor. No parece una situación fácil, porque todavía está tocado.Pregunta. ¿Cuál es su estado psicológico y físiso?
Respuesta. Llegué a la Vuelta en unas condiciones nada excepcionales para disputar una gran ronda. Moral y mentalmente era difícil volver a ir en bicicleta. Los sucesos del Tour fueron muy duros. Espero acabar bien.
P. El buen trato y el recibimiento que le han dispensado en la Vuelta ayuda a superar los malos tragos del mes de agosto.
R. El cariño que nos están expresando los españoles está siendo la mejor terapia. Se habla de ciclismo y la prensa española no ejerce tanta presión. La Vuelta se merece que yo vuelva.
P. ¿Veremos alguna exhibición de Virenque?
R. Me gustaría hacer alguna cosa por el equipo, como ganar una etapa, para expresar mi reconocimiento y mi gratitud al señor Miguel Rodríguez, el patrón del Festina. Confió en nosotros durante lo acontecido en el Tour y siguió haciéndole cuando nos expulsaron de la carrera. Ahora nos ha visitado durante un par de días para expresarnos su solidaridad. Es de agradecer su confianza. Todo lo contrario de muchas otras personas del entorno del Tour que nos molestaron, ensuciaron nuestro nombre como si fueramos unos ....
P. Se le nota a usted desconfíado, receloso.
R. He vivido el año más difícil de mi vida. Y digo de mi vida, no la deportiva. No deseo que le suceda a nadie en el mundo lo que me ha tocado vivir a mí. Fue como si estviéramos en el epicentro de una gran tormenta, de un huracán, y nosotros, los ciclistas del Festina, allá, sin salvavidas, recibiendo palos por todos lados.
P. ¿Conocía usted a Juan Fernández, el sustituto de Bruno Roussel como director?
R. Le conocía de referencias, pero no personalmente. Parece una buena persona.
P. Diferente a Roussel.
R. Sí. Juan tiene mucha más experiencia, ganó grandes rondas con el Mapei y Rominger. Tengo la impresión que es un buen conductor de grupo. Desde el primer día hubo una rápida comunión con él.
P. ¿Cuál fue su primer discurso?
R. Juan tenía la obligación de reformar el equipo, de lavar la imagen ensuciada en el Tour. El equipo estaba roto, lo habían bombardeado en el Tour. Juan habló con nosotros, concretamente conmigo y Alex Zülle, y nos tranquilizó. Había que estar sereno, recobrar la confianza poco a poco, volver a pensar en el ciclismo.
P. La Vuelta puede ser su última carrera de la temporada.
R. Voy día a día. Vine a la Vuelta para coger las sensaciones perdidas. Terminaré la carrera y mi intención es también acabar la temporada. No pienso si podré correr el Mundial. No depende de mí.
P. ¿De quién depende?
R. De la UCI, de la federación francesa. Espero que muevan pieza y se pronuncien.
P. Hein Verbruggen, presidente del UCI, se reunió con usted la pasada semana.
R. Durante unos 30 minutos. Discutimos de todo. En concreto, del futuro del ciclismo. Este deporte está tocado. Los ciclistas y lo dirigentes deben de encontrar la unidad.
P. ¿Teme que le sancionen por un año?
R. Mi relación contractual con el Festina termina en 1999. Y pienso cumplirlo. Luego ya veremos lo que decido.
P. Sigue usted enfadado.
R. No es cuestión de estar enfadado con el Tour, sino con todo el mundo del entorno de la carrera. Tengo mucho que decir, mucha gente para señalar. Pero es una cuestión para olvidar. Lo intento, pero es difícil, me cuesta.
P. ¿Volverá a correr el Tour?
R. Ya lo creo. Y si puedo y me dejan el próximo año. El Tour es el Tour.
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