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TREGUA DE ETA

Los ediles del PP vasco oscilan entre la esperanza y el pesimismo

"Es mucho mejor levantarse de la cama con el anuncio de un alto el fuego que con el de un atentado o la muerte de un compañero". Las palabras de Carlos Urquijo, concejal del Partido Popular en Llodio (Álava), conectan directamente con el estado de ánimo de los hombres y mujeres que eran el objetivo prioritario de ETA. Los cargos populares se mueven entre el pesimismo y la esperanza. Entre pasillos, responsables del PP aseguraban ayer que se alegran "por su integridad".La portavoz popular en el Ayuntamiento de Getxo (Vizcaya), Marisa Arrue, le había explicado por la mañana a su hija pequeña, con cierta alegría, lo que es un alto el fuego. Sin embargo, se preguntaba si "indefinido" querría decir "hasta el próximo muerto". Al final, llama a la cautela, a la tranquilidad y a darle una oportunidad al tiempo.

Su compañera en el Ayuntamiento de San Sebastián María José Usandizaga desconfía de la banda y pide más: "No sé dónde ha depositado ETA su arsenal, dónde se puede ir a recoger sus armas. Su voluntad viene condicionada por otros acontecimientos, pero, en cualquier caso, siempre es mejor una tregua que nada".

Esta mezcla de cautela y esperanza se cruza con el miedo a una nueva "libertad vigilada" y al dolor por que ETA no haya pedido perdón a sus víctimas. Javier Caballero, hijo de Tomás Caballero, concejal de UPN asesinado por la banda terrorista en Pamplona el pasado 6 de mayo, se pregunta por qué se ha declarado la tregua hoy y no antes.

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