Defensa renuncia a la isla de tiro en Cádiz por las "fuertes objeciones" de las administraciones

Las prácticas de tiro desde los polígonos militares Costilla y González Hontoria, situados entre Cádiz y San Fernando, no se realizarán sobre la isla artificial que proyectaba el Ministerio de Defensa. El Gobierno confirmó ayer su renuncia oficial a esta iniciativa en una respuesta parlamentaria al diputado socialista Alfonso Perales. El Ejecutivo abandona porque el proyecto "ha encontrado fuertes objeciones por parte de las administraciones públicas consultadas: la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, la Dirección General de la Marina Mercante, la Dirección General de Costas y los Ayuntamientos de Cádiz y San Fernando". Por ello, "finalmente se ha desistido" del plan.

Entre sus argumentos, el Gobierno del PP no cita la fuerte oposición social y política que encontró desde el principio el proyecto, un rechazó que se articuló a través de una plataforma contra la isla de tiro, que ha mantenido una campaña informativa entre la ciudadanía desde hace cuatro meses. El Ejecutivo explica que el origen del proyecto está en el compromiso adquirido con el Ayuntamiento de San Fernando para permitir el uso público de parte de la Playa de Camposoto, que está alineada junto a los polígonos de tiro. Con ese objeto, la empresa a la que Defensa encargó el proyecto había previsto desviar la línea de tiro, que se encuentra paralela a la playa, hacia el mar. La solución propuesta y sometida a trámite de información en las administraciones afectadas fue la construcción de una plataforma de ensayos balísticos a 700 metros de la costa. Se trataba de una superficie de 25 metros de largo por 12 de ancho y 6.900 metros cúbicos, protegida por dos losas de 637 toneladas. Cada losa estaría preparada para recibir el impacto de 637 toneladas, el equivalente a los misiles anticarros Milan y Tow y los misiles para estaciones lanzadoras Aspid, Roland y Mistral, que son los proyectiles de mayor calibre que se iban a utilizar contra la isla, según constaba en la memoria entregada a las administraciones. No obstante, con posterioridad, Defensa explicó que no se llevarían a cabo prácticas con misiles. Aunque el proyecto ha sido definitivamente rechazado, como ya adelantó este periódico en julio, el Ejecutivo advierte de que estudiará "la posibilidad de otras soluciones alternativas" que permitan desafectar una superficie mayor de la playa isleña para uso civil, "consciente de su importancia para el desarrollo turístico y económico de la zona". Perales saludó ayer la marcha atrás del ministerio, aunque avisó de que esto "no debe significar una merma en la recuperación civil de la zona" y señaló que "cualquier acción que se pretenda emprender debe ser alcanzada mediante el consenso entre la Junta de Andalucía, la Mancomunidad de la Bahía y los municipios afectados". La plataforma contra la isla artificial de tiro que deseaba Defensa ha mantenido durante este tiempo que se trataba de una iniciativa perjudicial para el desarrollo turístico y económico de la zona, así como una agresión al medio natural, al margen de provocar un aumento de las servidumbres militares de la provincia.