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Martillazos que embellecen

Mármol en bruto, bloques grandes sin pulir de un lado. Maza y puntero del otro. Comienza el II Simposio Internacional de Escultura. El artista junto a su trozo de piedra que mima, estudia, escruta y hasta odia. De ahí saldrá más tarde la forma y figura, la idea o el concepto que de un principio se propuso plasmar. "Lo importante es quitarte mucho al principio, quitar todo lo que puedas", explica Yolanda Spínola, de 25 años. Ella es una de los 15 escultores seleccionados para el certamen que se organiza en Fines (Almería). En 15 días, al igual que el resto de sus compañeros, deberá tener su trabajo terminado. Su Elegía a Juana la loca deberá mostrar la entereza y pena que ella le supone a la malograda princesa. Pero 15 días es demasiado poco para Yolanda: "Por eso es fundamental quitarte toda la piedra que no te sirva del bloque al principio porque luego, en los detalles, sienta muy mal encontrarte con un trozo grande que te entorpezca". La artista, frente a su mole, un sillar de un metro de ancho por unos dos de largo, piensa en los cortes que determinen la forma de la escultura, que se acerque al boceto presentado en escayola. "La fuerza de esta obra debe estar en los ojos. Lorca le hizo una elegía Juana la loca y al leer el poema quise plasmar la idea en esta escultura. Él la describe en sus versos como una mujer llena de entereza", explica Yolanda. La edición de este año ha tenido muy en cuenta los proyectos presentados que hicieran referencia a Federico García Lorca y su obra, con motivo del centenario de su nacimiento y como añadido a los actos celebrados hasta la fecha en su honor. David Alvarado Sánchez, colombiano de 31 años, también ha apalabrado su obra, a 15 días vista, en relación con Lorca. El sueño de Yerma reflejará en mármol la maternidad frustrada del personaje: "Me ha gustado siempre esa obra, la maternidad y el hecho de que no pueda ser fecundada. En el interior va a tener un feto en formación, por eso es un sueño", aclara su autor. Unos 80 escultores aspiraban a participar en el encuentro que se celebrará hasta final del mes. Sólo estos 15, de ellos siete mujeres, podrán plasmar sus creaciones en la piedra y optar por el primer premio del simposio. Participantes de Holanda, Italia o Alemania demuestran el grado de difusión que el Consorcio Escuela del Mármol de Fines, organizador del evento, tiene en América y Europa. En esos 15 días deberán concluir sus proyectos, asistir a conferencias y visitar alguna que otra cantera o lugares de interés de la comarca. Lo que empezó como una experiencia que perseguía fines productivos en la lucha contra el paro, ha acabado siendo un encuentro necesario con el mundo de la cultura y el arte. También en esos 15 días los alumnos de la Escuela del Mármol, que ronda los 60, podrán observar y escuchar a los mejores en su oficio y arte. Conferenciantes como José Guirao, director del Museo Reina Sofía, el picapedrero Félix Martín i Vilaseca o José Marín Medina, crítico de arte, hablarán de las implicaciones directas del mármol en el mundo artístico. El porvenir de la comarca está abocado al intercambio, con otros mundos y lugares, de las habilidades y proezas que puedan desprenderse del trabajo en piedra, del mármol blanco. El futuro presenta su cara más amable con los artesanos de la piedra, que ven reclamados sus servicios mucho antes de acabar la preparación en la escuela de Fines. El mundo de la construcción y de la obtención de beneficios se abre a la parcela artística y sensible de la cultura. Las heridas hechas a la tierra en la extracción fulgurante e imparable de mármol parecen quedar redimidas con la contemplación de las obras de estos artistas. En sólo 15 días, lo que hoy es un bloque inerme trasladará el desasosiego del deseo incumplido (El sueño de Yerma) o la soledad y valentía de una mujer atormentada (Elegía a Juana la loca) entre otras. En 15 días, 15 nuevas sensaciones humanizarán la industria y explotación de la blanca piedra que, mientras se contempla, parece pedir perdón por su rebeldía a quedarse en la cantera.

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