Un problema administrativo impide que entre en funcionamiento el trasvase de agua del Guadiaro
Ha pasado un año y medio desde que finalizaron las obras del trasvase Guadiaro-Majaceite y todavía no ha entrado en funcionamiento la gran infraestructura hidrográfica de la provincia de Cádiz de los último años. Esta inactividad momentánea fue denunciada de nuevo ayer por el delegado de la Junta de Andalucía en Cádiz, Francisco Menacho. Un problema administrativo (la aprobación del decreto que regule el funcionamiento de la junta de explotación) es lo que ha impedido que se empiece a trasvasar agua. El retraso también ha estado motivo por la tardanza en la terminación de unas obras de ajuste, que previsiblemente concluirán en unos tres días.
La demora sistemática en la aprobación del decreto que regule el funcionamiento de la junta de explotación, en la que están representadas todas las administraciones implicadas, ha terminado con la paciencia del Gobierno andaluz, que acusa al PP de querer convertir el trasvase en "una obra muerta". A la espera del paso definitivo del Ejecutivo, el gran túnel de 12 kilómetros de longitud, que une las provincias de Cádiz y Málaga -salvando un desnivel de 25 metros- y que necesitó de una inversión superior a los 8.000 millones de pesetas, no ha tenido ninguna actividad en un periodo en el que la bonanza de las precipitaciones han llenado los embalses gaditanos. "Se está perdiendo un tiempo precioso, del que podemos acordarnos bastante cuando llegue el periodo de sequía", lamentó Menacho, que advirtió de la necesidad de aprovechar los años húmedos para trasvasar agua del río Guadiaro hasta el pantano de los Hurones (actualmente al 70% de su capacidad), tributario del río Majaceite. Cortes de 14 horas El delegado del Gobierno andaluz recordó que Cádiz ha sufrido cíclicamente restricciones de agua. Esta carencia se agudizó entre 1991 y 1995 cuando la sequía obligó a 750.000 gaditanos a padecer cortes de hasta de 14 horas diarias. Según establece la ley, hasta 110 hectómetros cúbicos pueden recorrer al año el gran túnel. Un volumen inferior al que puede embalsar el pantano de Los Hurones y mucho menos de lo que es capaz de admitir el trasvase. La Junta de Andalucía, gran impulsora del proyecto, se niega ahora a resignarse a esta situación. "El decreto debiera haberse aprobado siguiendo los cauces normales, pero tratándose además de la cuenca del Guadalete, una zona con un importante déficit hídrico, el Gobierno central tenía que haber puesto más empeño", subrayó Menacho, que en diferentes ocasiones se ha dirigido al presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para mostrarle su preocupación por el retraso. La dilación ha puesto en entredicho las manifestaciones del subdelegado del gobierno en la provincia de Cádiz, Miguel Osuna, que nada más llegar al cargo hace más de un año definió el trasvase como su "gran apuesta política" y se comprometió a presionar al Ejecutivo nacional para que autorizase el inicio de actividad lo antes posible. Tampoco ha dejado en buen lugar al presidente provincial del Partido Popular, Antonio Sanz, que aseguró el año pasado que a principios de 1998 el decreto estaría aprobado. La pasividad del Gobierno de la nación fue criticada con dureza por Menacho, que denunció el rechazo sistemático que desde un principio los populares manifestaron a este proyecto cuando estaban en la oposición. El adelanto de varios meses en la finalización de las obras de la gran perforación medioambiental de la provincia gaditana, por parte de la empresa Guadima (unión temporal de Fomento de Construcciones y Contratas y Dragados y Construcciones), ya se ha consumido y según la Junta de Andalucía no se puede esperar más. "Nada justifica que el trasvase no esté funcionando el próximo invierno", subrayó Menacho.
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