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Entrevista:

"Tiemblo en Madrid ante los entendidos de flamenco"

Gitana trianera y con una familia abarrotada de cantantes, guitarristas y bailaores, Esperanza Fernández (1966) creció en un ambiente donde flamenco y aire se entremezclaban a la hora de respirar. Su paisaje vital se tejió pronto de tientos, alegrías, tangos, bulerías y soleás. Tanta era la atracción, que apenas esperó a cumplir los 14 para arrojarse al escenario; primero, bajo el manto de Los Fernández, o sea, los suyos; y, al poco, como cantante principal con el montaje Amargo, de Mario Maya. Pero aquello fue sólo el principio de una eterna gira en la que ha compartido tablas con Camarón de la Isla, Paco de Lucía, Enrique Morente y Antonio Canales, entre otros. Los gurus del flamenco hablan de pureza, temple y elegancia cuando se refieren a Esperanza Fernández. Esta noche tendrá ocasión de demostrarlo en Móstoles, con el espectáculo Femenino Singular, en el que completan la terna La Macanita y Las Corraleras de Lebrija.Pregunta. ¿Lo suyo ha sido desde siempre la canción?

Respuesta. No, al principio sólo bailaba; lo de cantar me daba mucha vergüenza y sólo lo hacía en pequeños círculos, como en el colegio. Hasta que un día mi padre me dijo que yo tenía el porvenir en el cante; así que, con 14 años, mis hermanos y yo montamos el grupo La Pandilla Gitana, y actuamos en el teatro Lope de Vega de Sevilla. Le eché valor entonces y empecé a cantar sola. A los 16 años me llamó Mario Maya.

P. ¿Madrid entiende de flamenco?

R. Mucho; de hecho esta ciudad fue la que me dio la oportunidad de actuar en solitario, por lo que le rindo respeto y agradecimiento. Tiemblo cada vez que vengo a Madrid porque sé que voy a actuar delante de muchas personas que, por entendidas, exigen más.

P. Entonces, ¿no es una moda el flamenco?

R. Puede que ahora se escuche más porque cada vez hay más gente interesada, pero nunca ha sido una moda. Es una cultura, sin más, que nos vamos transmitiendo de unos a otros.

P. ¿Tiene algún rincón preferido en Madrid?

R. Me gusta toda la ciudad porque he trabajado aquí durante mucho tiempo y, sobre todo, tengo muchos amigos. Me gusta ir con ellos a Casa Patas o a lugares con ambiente flamenco.

P. ¿Quedan aún rémoras de la fobia de otro tiempo a los gitanos?

R. Con los artistas no, gracias a Dios, aunque yo sí he sentido la marginación en mis propias carnes: me han mirado mal alguna vez al entrar en una tienda en Madrid por ser gitana. A lo mejor por el hecho de ser artista no desconfiaron tanto de mí como de otros gitanillos que hay por la calle. No es justo.

Femenino Singular: Esperanza Fernández, La Macanita y Las Corraleras de Lebrija. Hoy a las 22.00 horas. Plaza del Pradillo, Móstoles. Gratis.

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