La Policía reubicará las comisarías de Valencia para adaptarse a la evolución de la ciudad
El Cuerpo Nacional de Policía ultima su mudanza más compleja en Valencia: casi todas las comisarías se trasladarán a una nueva ubicación. El jefe superior, Segundo Martínez, explicó ayer que la Policía no puede quedarse al margen de la evolución urbanística de la ciudad. Se han edificado nuevos barrios y algunas zonas han perdido habitantes, por lo que la Policía ha rediseñado los "puntos estratégicos" de la ciudad para adaptarse a la nueva realidad. "La ubicación de las comisarías se fijó hace muchos años", precisó el jefe superior, "y ha quedado desfasada".
La nueva redistribución contempla trasladar la comisaría de la Gran Vía de Fernando El Católico al cercano barrio de Abastos. En Ciutat Vella, la Policía apuesta por cerrar las comisarías de Catedral y Patriarca y crear una nueva para todo el centro histórico, aunque mantendrán un retén en el barrio chino (entre Barón de Cárcer y Guillem de Castro). También busca nuevos emplazamientos para las comisarías del Grau-Cabanyal y Zaidia, mientras que la de Russafa se quedará en su ubicación actual, pero "con una obra de ampliación". En principio, tampoco se trasladará la comisaría de La Alameda. A estos cambios se sumará el traslado del pabellón policial del antiguo balneario de La Alameda a las instalaciones de Zapadores, cuyas obras se iniciarán a final de año. Pero el jefe superior anuncia un cambio más profundo: en un ejercicio de descentralización, cada comisaría contará con unidades especiales (Policía Científica, Judicial, Prevención de Delitos...) para que la investigación de los delitos se realice desde el escenario en el que se cometieron. Las cinco comisarías metropolitanas (Paterna, Burjassot, Torrent, Quart y Mislata) también contarán con estas unidades especiales. Martínez dice que el aumento de la plantilla (370 agentes adicionales en dos años) facilitará esta descentralización.
