El Madrid gana el primer "derby" a Estudiantes
Hablar de un derby amistoso parece una incongruencia. Y así lo demostraron ayer Madrid y Estudiantes, que hicieron lo imposible por ganar un partido cuyo premio no iba más allá de un trofeo de carácter local. Necesitaba el Madrid vencer por más de 21 puntos; a Estudiantes le bastaba con ganar. Ni el uno ni el otro lograron su propósito, con lo que el Trofeo Comunidad de Madrid se fue a manos del Fuenlabrada, el tercero en discordia.Quizá lo de menos fuera el resultado final. Más importante resultaba hurgar en el estado actual de dos de los grandes a tres días del inicio de la competición. Y de ahí sí que se extraen lecturas significativas.
El nuevo Madrid se inventó una exhibición de lujo bajo los tableros. 41 rebotes cazaron los de Lyuk por 23 de su rival, que se mantuvo entero por ese espíritu que acompaña a todos sus jugadoresx y porque Thompson sigue siendo Thompson.
Real Madrid: Victoriano (7), Santos (4), Herreros (10), Tanoka Beard (16), Struelens (9); Angulo (16), Bobby Martin (11), Lasa (2), Sergio Luyk (4) y Bueno (0)
Estudiantes: Azofra (8), Jiménez (3), Thompson (12), De Miguel (10), Alfonso Reyes (9); Vandiver (15), Robles (14), Muñoz (2) y Bárcenas (0). Árbitros: Ramos, Ortega y Salguero. El Fuenlabrada se proclamó vencedor del XV Trofeo Comunidad de Madrid.
Detalles de magnífico aspecto enseñó Eric Struelens, un belga que llegó sin apenas hacer ruido y que viene demostrando que se maneja con suficiencia en la pintura. Consiguió Struelens reducir en buena medida la aportación de Alfonso Reyes, convertido en algo así como el tercer americano de Estudiantes pero que tardó diez minutos en hacer su primera canasta, y la supervivencia del equipo bajo el tablero quedó en manos de De Miguel.
Durante 35 minutos el Madrid fue dueño y señor de aquello, pero cuando quiso darse cuenta Estudiantes le soplaba en el cogote. Rozó la proeza a falta de 13 minutos (54-38) y se vio en el infierrno a falta de cinco (61-62).
El joven Robles había encabezado la revuelta estudiantil. Tres triples suyos consecutivos dinamitaron la desventaja de los del Ramiro que, ya puestos, se sintieron incluso ganadores. Pero el Madrid olvidó alegrías defensivas y siguió confiando en los de dentro. A Tanoka Beard se le cayó el pañuelo y a partir de ahí las dio todas. Le robó un rebote imposible a Jiménez y decidió hacer una demostración de bíceps. Luego se limitó a hacerla de baloncesto. Para el Madrid fue suficiente.
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