"La prestación de desempleo no incentiva la búsqueda de trabajo"
El profesor Jordi Gual (Lleida, 1957), doctor en Economía por la Universidad de Berkeley (California) y profesor del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), en Barcelona, defendió ayer la necesidad de una "profunda y amplia" reforma del mercado laboral en España como condición indispensable para reducir la elevada tasa de paro. Gual intervino en el curso de verano sobre Políticas de empleo en la Unión Europea que se desarrolla en San Sebastián. Pregunta. El economista Jeremy Rifkin pronostica la automatización de los sectores manufacturero y de servicios para mediados del siglo XXI, en definitiva, el fin del trabajo. Respuesta. El canto del cisne del trabajo se lleva haciendo desde hace 100 años. Históricamente, la sociedad ha incrementado la producción y la capacidad de generar empleo. Somos capaces de generar nuevos productos; hoy crece el empleo en la preparación de páginas web, algo que ni concebíamos hace 15 años, y desaparecen los empleos de costurera, por otro lado. P. ¿El avance tecnológico lleva consigo el mantenimiento de un paro estructural alto? R. La situación mejorará, aunque los periodos largos de desajuste, como el actual, sólo en parte tienen que ver con los cambios de la economía mundial. En España, la legislación no nos permite adaptarnos a los mercados internacionales y condena al paro a un sector de la población. ¿Cómo se entiende que en España existan tasas de paro regionales tan distintas? Por las rigideces que impiden el ajuste. Mi tesis es que el ciclo largo de tasa de paro alta desaparecerá porque tendremos que cambiar las condiciones del mercado laboral, no por el crecimiento de la economía. P. ¿En que dirección plantea ese cambio? R. Tenemos un mercado en el que se emplea a unos pocos con alta productividad y al resto le subsidiamos los que estamos empleados. Hay que ir a un modelo que incluya a todos los trabajadores, quizás cobrando menos. P. La reforma está ligada en ciertos aspectos a la precarización de las condiciones laborales. R. Es un tópico, porque no significa que vayamos al modelo norteamericano, en el que te pueden despedir de viernes a lunes. Que existan costes de despido es bueno para la economía, puesto que proporciona a largo plazo una relación estable entre empresa y trabajador. Del mismo modo, es bueno que haya un seguro de desempleo, porque permite al trabajador buscar el trabajo que mejor se adecue a sus características. Son buenas instituciones ambas, pero en su actual implantación crean distorsiones. P. ¿Qué tipo de distorsiones? R. Por ejemplo, en el despido, hay trabajadores que tienen un seguro alto y otros que no lo tienen. ¿Por qué no buscar uno igual y más bajo para todos? Respecto a la prestación de desempleo, dura tanto y es tan alta, que no incentiva la búsqueda de empleo. P. ¿Comparte la tesis de que reducir la jornada contribuye a generar nuevos empleos? R. Por ley no es una solución, puesto que impone algo que sólo debe venir gradualmente. Nuestra sociedad renuncia a horas de trabajo conforme es suficientemente rica para permitírselo. La reducción equivale a una redistribución de la renta y no lo conseguiremos en el ámbito del país en absoluto, porque los que tienen que dejar renta se van a resistir. Prosperará en colectivos muy determinados, allí donde beneficie a familiares o trabajadores que son próximos, así como en las empresas a las que la reducción les permita ganar en flexibilidad, de forma que el aumento de costes se compense con mejoras de productividad. P. ¿Por qué se muestra tan crítico con el actual modelo de la negociación colectiva? R. La negociación colectiva en España se deja a discreción de sindicatos y patronal, y me parece un error porque nos afecta a todos, tanto a los empleados como a los parados. Creo que hay que tender a la descentralización para que cada empresa pueda adecuarse al mercado. P. ¿El paro es una prioridad en la Unión Europea? R. Los gobiernos responden al votante medio. El paro no será su preocupación mas en la medida en que el votante medio considere que es su preocupación por el riesgo de caer él en paro. Cuando ese riesgo aumenta, el paro entra como elemento principal en la agenda de los gobiernos.
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