Maragall aplazará todo lo posible el cuerpo a cuerpo electoral con Pujol
El socialista Pasqual Maragall tratará de aplazar el arranque de su campaña electoral al menos hasta el próximo mes de noviembre, cuando el PSC lo designe oficialmente candidato a la presidencia de la Generalitat. Los socialistas catalanes no quieren dar el primer paso en la carrera electoral para no ayudar al nacionalista Jordi Pujol a darle carta de naturaleza al más que previsible adelanto de las elecciones autonómicas del otoño a la primavera de 1999.
La dirección del Partit dels Socialistes de Catalunya ratificó ayer su estrategia de negar cualquier razón que no sea de orden partidista para un adelanto electoral. Los socialistas insistirán durante los próximos meses en que si el presidente catalán acorta la legislatura será exclusivamente a causa de su "incapacidad" para seguir gobernando. "Si Pujol y su gobierno son incapaces de completar esta legislatura", abundó ayer el primer secretario del PSC, Narcís Serra, en conferencia de prensa, "no merecen seguir en la legislatura siguiente". El PSC seguirá bombardeando en los próximos meses con la idea de que el Gobierno de la Generalitat "está agotado, carece de ideas, no gobierna y es presa del desbarajuste, al mismo tiempo que se multiplican los conflictos internos entre Unió y Convergència". Serra hizo hincapié ayer en este último aspecto y echó leña al fuego de la coalición nacionalista al considerar "lógico" que los democristianos de Unió empiecen a actuar con la vista puesta en el pospujolismo. "Es normal", dijo el dirigente socialista. "Ellos saben bien que el fin de la etapa de Jordi Pujol es inminente e inevitable". Entretanto, Maragall continuará con su gira por las comarcas catalanas, tomando contacto con representantes sectoriales y territoriales del país, y evitando en lo posible entrar en el cuerpo a cuerpo electoral con Pujol. El candidato socialista prefiere imprimirle a su campaña un arranque lento y progresivo para evitar quemar cartuchos antes de tiempo. Maragall confía en el elevado grado de popularidad que le atribuyen las encuestas para volcarse en una campaña corta, más del estilo de los sprinters que de los fondistas. PASA A LA PÁGINA 3
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