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Mal momento

La inversión institucional lo intentó, pero el ambiente y los particulares estaban en contra. El resultado de todas estas fuerzas puestas en acción fue una sesión de tira y afloja en la que acabó imponiéndose el papel una vez más.

El índice general de Madrid cayó hasta los niveles de mediados de febrero, cuando había ilusiones y dudas a partes iguales sobre el cumplimiento de los criterios de convergencia. Si en algo se parece el mercado de hoy al de entonces es en la capacidad de aceleración, lo que le permitió ser uno de los que más, y más deprisa, subía y ahora es el que cae a más velocidad y mayor número de puntos. Así, la Bolsa de Madrid ostenta el récord de caídas entre los grandes mercados europeos, con un 19, 35%.

Las razones de la desconfianza de los inversores no han variado respecto del pasado viernes, aunque sí que han aumentado debido a las crecientes dificultades que encuentran Rusia y Japón para solucionar sus problemas internos.

A medida que las posibles soluciones pasan por el terreno político, la inversión particular tuerce el gesto debido, sobre todo, a los cambios realizados en los gobiernos de Japón y Rusia, sin que hasta el momento se hayan apreciado resultados.

Las llamadas a la tranquilidad por parte de los políticos españoles y algunos responsables del mercado han caído en saco roto, con la excepción de algunas instituciones, ya que todo el mundo es consciente de que no puede aislarse a un mercado de la tendencia del conjunto, ni siquiera cuando la economía a la que representa va bien. El temor a nuevos recortes no ha desaparecido y son pocos los que deciden arriesgar algún dinero en le mercado y, en general, si lo hacen es buscando un beneficio inmediato, puesto que nadie quiere permanecer con posiciones tomadas y el mercado cerrado mientras que en Nueva York o en Tokio se toman decisiones.

En cualquier caso, el volumen ha descendido, lo que indica que la presión del papel está bajando.

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