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Alicante prepara la ampliación de su suelo urbanizable en 20 millones de metros cuadrados

Agotada en tres años toda la oferta de suelo urbanizable ante el boom del sector de la construcción y fruto del interés del Ayuntamiento que preside Luis Díaz Alperi por definir el entramado urbano, la ciudad de Alicante se dispone a diseñar el crecimiento futuro a largo plazo. Los técnicos ultiman en estos días las bases del concurso público para la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que permitirá liberar más de 20 millones de metros cuadrados al sur del término municipal. Alicante avanza hacia Elche para configurar una gran área metropolitana a 20 años vista.

El calendario que se ha marcado el actual equipo de gobierno, del PP, sitúa septiembre como fecha clave en este proceso. Es el mes elegido para que se publiquen las bases que regirán el concurso público para adjudicar a una empresa especializada los trabajos de revisión del planeamiento, trabajo por el que el Ayuntamiento pagará 100 millones de pesetas. Pese a las llamadas desde los bancos de la oposición para que la revisión se postergue hasta después de los comicios locales de 1999, el PP está empeñado en controlar los planes de desarrollo de la ciudad. La empresa adjudicataria dispondrá de un plazo de dos años para diseñar el Alicante del siglo XXI y tendrá obligación de consultar con los agentes sociales de la ciudad y sectores interesados. Las bases establecen que antes de presentar el planeamiento definitivo, que tendrá que superar los periodos de exposición pública y alegaciones de particulares, los munícipes dispondrán de un documento base pasados 12 meses desde la adjudicación. Aunque se trata de un trabajo que podrían realizar los técnicos municipales, el PP ha decidido ponerlo en manos privadas para no bloquear el departamento de Urbanismo. Ese desarrollo estará supervisado desde el Ayuntamiento. "Revisar el PGOU implica establecer el nuevo Alicante, una vez desarrollado todo el suelo urbanizable disponible", apunta el concejal responsable del ramo, José Ramón García, bajo cuyo mandato se han adjudicado todos los planes parciales pendientes de ejecutar. "Primero se deberá conocer con exactitud qué ciudad queremos para el futuro, por dónde y cómo hay que crecer, y después traducir todo eso en planos y normativas". De los tres interrogantes, uno ya está despejado: Alicante está obligada a crecer hacia el sur, una vez saturado el norte de construcciones. Decidir cómo será trabajo de los técnicos y políticos, y establecer cuándo será cosa del mercado, que es el que realmente marca la pauta. A las instituciones públicas les corresponde dotar de infraestructuras el nuevo ensanche, y velar por que ese planeamiento camine acorde con las directrices del Plan de Acción Territorial del Entorno Metropolitano de Alicante (PATEMA), un invento de la Generalitat que pretende supervisar desde la misma unidad geográfica una amplia franja territorial que abarca desde Elche hasta Benidorm. Para José Ramón García, el crecimiento por el sur es inevitable. Desde Benalúa hasta Urbanova, pasando por los barrios de San Gabriel y El Palmeral y el inmenso paraje de Agua Amarga, la orografía de la ciudad se verá alterada a partir de que la revisión sea aprobada. "Hay que liberar suelo, pero ordenándolo", puntualiza el concejal. "Crecimiento lógico" La actual Ley del Suelo, de ámbito estatal, establece que a partir de las revisiones de los planes urbanísticos la totalidad de los términos municipales serán considerados como suelo urbanizable. Es la ley de la selva, paraíso para urbanizadoras y constructoras, frente a la que los ayuntamientos quedan relegados al papel de regular el crecimiento, asegurar dotaciones y preservar aquellos parajes de interés histórico, paisajístico, arqueológico o ambiental. En este apartado incluye el concejal el Saladar de Agua Amarga, ramblas y barrancos. El resto del territorio está sentenciado, sobre todo teniendo en cuenta las actuaciones públicas aprobadas o en marcha para revitalizar la zona sur de la ciudad, como la construcción de la sede definitiva de la Euroagencia de marcas o el futuro complejo lúdico de la Ciudad de la Luz. "Es la zona de crecimiento lógico, y el Ayuntamiento se encargará de tramitar la inversión pública, definir la edificabilidad y sanear el litoral para hacerlo más atractivo a las inversiones privadas", concluye el concejal.

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