"La Institución Libre debería ser una realidad aplastante"
La Guerra Civil es el recuerdo más duro e intenso de su vida: Se llevó a su padre, le cerró posibilidades profesionales y, además, derrumbó el proyecto educativo en el que se había formado la Institución Libre de Enseñanza (ILE). Carmen de Michelena (Madrid, 1914) es uno de los alumnos de la ILE que ha consagrado su vida a transmitir el espíritu de la institución. Ayer compartió unos momentos con los alumnos de un curso que analiza esta entidad en la sede Antonio Machado (Baeza) de la Universidad Internacional de Andalucía. Pregunta. ¿La ILE se ha convertido en un mito con el paso del tiempo? Respuesta. No. Debería ser una realidad aplastante. No conseguimos, por más que trabajemos, que esto cale. La sociedad no está preparada para esto. Espero que a fuerza de trabajar con gente que está alrededor de este sentido filosófico, cale. Sobre todo a nivel de coeducación. Las personas docentes piensan que lo que están haciendo es coeducación, supongo que no se lo creen, que lo aceptan pero sin creérselo; porque la coeducación no es la escuela mixta, es una igualdad de derechos y deberes de niños y niñas, desde pequeñitos, para que después sigamos en la sociedad, hombres y mujeres, haciendo lo propio. P. ¿Por qué no se interpreta bien la coeducación? R. No lo sé. Yo creo que les cuesta trabajo aceptarlo, porque estamos en una sociedad patriarcal. Las feministas, me incluyo entre ellas, tenemos mucho trabajo por delante. Esto no quiere decir que intentemos suplantar puestos a los hombres, sino que los derechos y deberes de las mujeres se consideren a todos los niveles. Las grandes mesas, las grandes decisiones son de los hombres y mientras no estemos ahí nuestros problemas no van a ser resueltos. La humillación, la pobreza, las consecuencias de la guerra, sobre todo es la parte femenina la que tropieza. Las mujeres somos una parte natural, por eso procreamos, pero como no se trata bien a la naturaleza, no se nos trata bien a nosotras. P. ¿Los cambios dependen sólo de las propias mujeres? R. No, no. En nuestros programas hay seminarios dirigidos a hombres. Hay hombres que ya tratan de este asunto, pero no suficientes, porque están muy bien montados y las leyes son hechas por ellos y para ellos. La mujer es algo que no va tan a primera línea; y es necesario cambiarlo, somos la mitad del cerebro de la humanidad y no se puede desperdiciar. P. ¿Ese espíritu está en todas las personas que pasaron por la ILE? R. Eso está imbuido en todos nosotros, es tan profundo... La primera papilla no se digiere y nos dieron allí la primera papilla. Nos educaron en este ambiente de igualdad, de niños y niñas, de adolescentes iguales,y eso continúa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.