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Otro ataque cardiaco pese al deseado "nirvana"

Hace unos días, en uno de los seminarios de El Escorial, Julio Anguita presumía de lo moreno que estaba él y de lo pálidos que estaban los periodistas. Y la verdad es que se le veía relajado y con excelente humor. Antes de empezar la rueda de prensa bromeó con un: "Bueno. Yo estoy en una especie de nirvana. Y les ruego a ustedes que no me lo echen abajo con sus preguntas". No quería contar dónde iba a pasar las vacaciones para que no le molestaran con entrevistas y fotografías. Pero apenas ha podido cumplir con sus intenciones de "leer y pasear". La actualidad política le fue engullendo y, obligado o por gusto, el coordinador general de IU, polemista y provocador, volvió a resucitar uno de sus más queridos fantasmas: sus opiniones sobre la Monarquía. Esta vez, las palabras del que fuera jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, en torno a los condenados en el caso Marey le sirvieron de llave para abrir sus particular caja de los truenos. Sus declaraciones fueron interpretadas como un ataque o advertencia hacia la figura del Rey, aunque él nunca mencionara al Monarca.

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Lo que pocos saben es que Julio Anguita, hijo de militar, nieto y bisnieto de guardias civiles, aspirante un día a entrar en la carrera militar y republicano convicto y confeso, siente una especial simpatía por la persona de Don Juan Carlos al que ha llegado a aconsejar con sorna andaluza que adoptara el nombre de "Don Juan Carlos I el Republicano". Y debe ser una sonrisa de los dioses el que el hospital donde está ingresado ahora sea precisamente el Reina Sofía.

Vacaciones sin descanso

Pero el caso es que Julio Anguita no ha parado desde que inició sus vacaciones. A su conferencia en El Escorial hay que sumar ruedas de prensa, declaraciones, entrevistas, asistencias a actos variopintos y a lo que se tercie. El día 8 de septiembre tenía previsto acudir en Santander a la fiesta del PCE de Cantabria y el 18 tenía que intervenir en la fiesta anual de la Casa de Campo, en Madrid. Eso que se sepa, porque, por medio, siempre habrá cualquier otra cosilla sin importancia. Incapaz de decir que no a nada, el coordinador general de IU acude igual a la inauguración de una sede en un pueblo perdido que a una conferencia en el Aula Magna de la Universidad de Salamanca. Es, sin duda, el dirigente que más disciplinadamente cumple con las consignas propagandísticas de su organización.

Anguita ha intentado retirarse en varias ocasiones. O, al menos, ir dejando parte de la agotadora actividad que le supone simultanear la dirección del PCE y de IU. No ha podido. La lucha por su sucesión, los navajazos que acompañarán su marcha, le han colocado siempre muy lejos de su sueño de Córdoba.

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