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Tribuna:GENTE EN VERANO
Tribuna
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Los famosos andan solos

Resulta que a estas alturas del verano la gente quiere pasar sus vacaciones en la intimidad. Ya contamos hace días, suponemos que con suficiente sorna, el secretismo del descanso estival de Julio Anguita, lo que parece que no le hizo sonreír, pero es que ahora se descuelga mucha gente relajándose fuera de cámara. Hasta el presidente del Gobierno desapareció durante tres días del mercadillo fotográfico de Les Platgetes de Bellver, de su ya tradicional Oropesa del Mar, para navegar por el Mediterráneo en el yate de su ministro de Exteriores, Abel Matutes, que, según algunas fuentes, alquila su barco por un kilito al día. José María Aznar desapareció días atrás con su mujer, Ana Botella, y su hijo Alonso, en una embarcación de la Guardia Civil y apareció la tarde del viernes con tiempo para jugar ayer su primer partido de pádel, uno de los varios programados dentro y fuera del campeonato del club social de la urbanización donde veranea y que ganó por goleada. También Madonna ha decidido pasar unas horas en la intimidad, y mira que es difícil en ella este dispendio. Pero hoy cumple 40 años y quiere pasar su aniversario junto a su hija Lourdes y un grupete de amiguetes. Ni siquiera su portavoz ha precisado el lugar donde hará su pequeña fiesta, aunque se sabe que la cantante se encuentra en las inmediaciones de Los Ángeles, donde estaba preparando un vídeo que se publicará el próximo septiembre. Otros famosos más cercanos, gente de la política, los espectáculos o las finanzas españoles escogen los tranquilos estíos de Menorca para pasar, en lo posible, inadvertidos. Joan Manuel Serrat, Ana Belén y Víctor Manuel, que navegan y sestean al norte de Mahón, han invitado a su coleguilla Joaquín Sabina y se acercan de vez en cuando por Ciudadela. Y hasta el maratoniano Alejandro Sanz, que exige en sus conciertos una unidad de cuidados intensivos para atender los desmayos de sus fans, se escapa cuando puede a la isla balear. Buscan también intimidad el polifacético Emilio Aragón y el futbolista José Luis Pérez Caminero. Navegan también por la zona el campeón Carlos Sainz y el diplomático presentador Fernando Schwartz. Y cuando no intenta volar en globo se acerca por la tranquila Menorca el virginal empresario británico Richard Branson. En fin, que ya sea por Fornells o Cala Galdana, también aparecen de vez en cuando políticos como los socialistas Ciprià Ciscar o Joan Clos, el convergente Joaquim Molins o el popular Javier Rupérez. Todo un plantel de intimidades. Quien ha huido del altavoz mallorquín ha sido la infanta Cristina, que, aprovechando que el otro archipiélago está menos concurrido durante el verano, ha viajado a Lanzarote para acompañar a su marido, Iñaki, concentrado allí con sus compañeros del Barcelona de balonmano. La duquesa de Palma disfruta más relajada en las Canarias en compañía de unos amigos, y cuando el deportista tiene tiempo, hasta salen a cenar a algún restaurante de Arrecife.

Quien cena poco es el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, que quiere imprimir un nuevo giro a su partido en el curso político que empezará dentro de 15 días, y para dar ejemplo de por dónde va el cambio ha experimentado este verano una renovación en su propio físico. Almunia se ha sometido a un estricto régimen alimenticio y ha perdido más de una decena de kilos. En Vera (Almería), donde disfruta de sus vacaciones, muchas horas de playa y lectura, incluso en Internet, Almunia descubrió el secreto de su repentino adelgazamiento: "Mucho sufrimiento". El gran gorrilla socialista se ha tenido que privar de los gambones especiales que le reservaba Antonia en su restaurante de La Garrutxa. Su receta para perder peso, a la que se sumó su esposa, Milagros Candela, es sencilla. Plato único: ensaladas.

El que no busca la intimidad es un joven asturiano que ha dicho que la calvicie se cura tomando un brebaje a base de ortigas y vino de Rioja. Que se tome un poco un directivo del Santander después de decir en una cumbre de expertos económicos celebrada en Asturias que "las crecientes ganancias de la banca reflejan la bonanza económica".

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