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Entrevista:LA TERRAZA

"Incluso en arte, enseñar el sexo es todavía un tabú gordísimo"

Su presencia recuerda a la de un algodón de azúcar grande, extra- dulce y esponjoso. Su sentido del arte mezcla la ingenuidad con el buceo en el riachuelo de la provocación, y el derivado de esa combinación suele resultar refrescante, aunque no exento de irregularidades. Isbel Meseguer nació hace 34 años en Sueca, y desde allí se propulsó la década pasada hacia la jungla del mestizaje conceptual. Basculó entre el diseño textil y de bisutería, la pintura y la escultura, para asumir finalmente la creación plástica en su sentido más etéreo. Ahora mismo, conjuga todo esto con las clases que imparte en la Escuela de Artes y Oficios de Alcoy. Su impronta es clave dentro del colectivo Purgatori, que desde Valencia defiende a los artistas independientes, multidisciplinares y autogestionados frente a los parámetros de las galerías ortodoxas. Como hace diez años, Isbel y su obra representan hoy una opción distinta para aquellos desencantados con lo evidente. Pregunta. ¿No cansa eso de ser toda la vida una artista "alternativa"? Respuesta. No, porque creo que uno debe ser alternativo y guerrero siempre, no una temporada. Estar en las barricadas incita a exprimirte la mente. Yo he llegado a dar clases por la mañana, para saltar por las tardes a llevar adelante una galería propia, donde exponía mi obra, la cual procuraba vender. P. Realmente interdisciplinar. R. Sí. ¡Qué remedio! (Ríe). P. Su último montaje exhibido en la sala del colectivo Purgatori llevaba por nombre Le glamour. ¿Cree que en Valencia se puede hablar de glamour, o que definitivamente, debemos darlo por muerto? R. Sí lo hay. En las cafeterías de lujo hay señoras con mucho glamour, al igual que en los barrios del casco antiguo donde se reúnen los últimos punkis. Es posible desprender tanta magia llevando ropa de cien mil pesetas como vistiendo un retal barato. Para mí, es de muy mal gusto vestir de arriba a abajo de Versace, por lo que tiene de cómodo y estereotipado. P. O sea, que lo que pretendía potenciar en ese montaje era la búsqueda de la propia estética. R. Así es, y para ello me serví de dos instalaciones y un vídeo-performance. La gestación de éste fue muy particular, porque recogía tomas de invitados a la inauguración que se habían vestido conforme yo les había exigido. Así conseguí un escenario de glamour a la medida de mis deseos. A este circo lo llamé Dicta-Isbel. P. ¿Y qué papel cumplían las instalaciones? R. Ofrecer desde la plástica variaciones sobre el tema. En una de ellas, he mezclado bisutería y escultura con las fotografías de mi colaborador Jesús Tarruella para explorar cómo el cuerpo desnudo es capaz de expresar la elegancia. Los modelos, amigos míos, se desnudaron por amor a mí, y cada uno de ellos intentaba comportarse sin ropa como los arquetipos de sedución que yo les indicaba. Por ejemplo, imitando a Clark Gable, o a una geisha. El conjunto tenía trazas étnicas, puesto que yo soy admiradora del diseño del Tercer Mundo. P. ¿De qué parte? R. De África. Me molan mucho los masai, sus trabajos manuales. P. Usted ha insistido en que no podíamos mostrar de fondo en la fotografía retratos de algunos de esos modelos desnudos. ¿Por qué? R. Uf, porque incluso en arte, enseñar el sexo es todavía un tabú gordísimo. Ellos me dejan su cuerpo para la exposición, pero no para que salga en prensa. No quieren tener problemas con sus padres. Y en cierto modo, los comprendo. Cuando Pistolo (performancer y miembro del Purgatori) aparece en Canal Plus con alguno de sus montajes más atrevidos, en su pueblo sólo comentan que le han visto el churro en la tele. Y eso es muy desagradable. P. Creo que su propia madre tampoco es muy favorable a que usted aparezca desnuda. R. Mi madre, pobre, vive en Sueca y es una mujer muy influida por su entorno. P. Tenía entendido que es un pueblo bastante abierto. Y que cuenta, por ejemplo, con un peso específico de la comunidad gay. P. Bueno, es un pueblo de acogida, y ciertamente ha contado con ciudadanos homosexuales muy ilustres. Pero eso es otra historia. Mi madre es catequista, y un día, sus catecúmenas le dijeron que yo me mostraba desnuda en un periódico, y le enseñaron la foto, que es de una antigua exposición. En ella, en realidad, no se ve nada, sólo se intuyen las formas de mis pechos. Pero el cura insistió en que todo estaba al aire, y que aquello era muy grave. El problema es que mi madre no tiene buena vista, y entre todos la convencieron. Ella se derrumbó, y se sintió obligada a desfilar en la principal procesión local para expiar mis culpas. Piensa que soy un fallo de su educación. P. Vaya. R. Mi padre y mis hermanos no piensan así. De todas maneras, mi madre, después de que hayamos hablado mucho, va asumiendo las características de mi trabajo. P. Entonces, para usted, el sexo es un gran vehículo artístico. R. Es un vehículo del arte, tan válido como otro. Yo lo utilizo, pero no creo que sea la panacea de la expresión. Lo que no oculta la evidencia de que resulta denigrante que el sexo, en la vida o en la creación, sea limitado de cualquier modo. En Valencia, las campañas en contra o la censura que han sufrido exposiciones de fotógrafos tan dispares como Larry Clark o Tere Arcos son muestra de este despropósito. P. En su segunda instalación añadió penes de plástico en la pelvis de viejos muñecos ¿Es un modo de rebelión contra la industria juguetera? R. Es una manera de decir que no debe ocultarse lo que la naturaleza proporciona. Es antinatural que las muñecas y los muñecos no tengan sexo. Considero muy perverso que la Barbie no pueda bajarse las braguitas porque las tiene dibujadas. Se está indicando al niño que el sexo es algo traumático, y eso es terrible. Pero si esta muestra va dedicada a alguien es a aquellos que destacan en la utilización de la moda, a quienes trascienden las costumbres. Por eso las muñecas van vestidas con ropas exageradas, espectaculares y reciclables. P. ¿Por qué se ha valido de muñecas antiguas para plasmar a esta avanzadilla? R. Porque creo que son muy kitsch, y en este sentido, muy modernas. He buscado en el rastro y en las basuras para encontrar las muñecas adecuadas. Esto es muy difícil. Incluso pedí a la Virgen de los Desamparados que me ayudara a dar con ellas. P. ¿Recibió alguna señal? R. Debo decir que cuando veía a las muñecas adecuadas sabía que eran esas y no otras las que debía llevarme. Era como si me llamaran. P. Su exposición fue clausurada con una gran fumada entre los asistentes. Paradójicamente, en el local donde se celebró, había un cartel recordando que las drogas perjudican seriamente la salud. R. ¿Y? No observo contradicción. Así, el que fumó aquel día, fue consciente de que se estaba perjudicando. P. ¿Ejercer de profesora de Teoría y Práctica del Diseño complementa su faceta creativa? R. ¡Y mi faceta económica!Vivir del arte que uno hace es un lujo, decidí asegurarme con un trabajo seguro que, por otra parte, me gusta mucho. P. ¿Qué tal su alumnado? R. Hay gente muy puntera que destaca entre un conjunto más... anodino. P. Quisiera conocer alguno de sus proyectos profesionales próximos fuera de la docencia. R. Están bastante imbricados en el conjunto de Purgatori. Después de verano, presentaremos en Valencia los nuevos colectivos artísticos españoles y algunos europeos en unos encuentros independientes. Tenemos también un intercambio de obras con artistas de Belfast integrados en el colectivo independiente Catalyst Art. Todas ellas tendrán como nexo temático el lenguaje de la comunicación. Yo quiero enviar un trabajo que estudie la relación entre el perro y su amo. P. ¿Y eso? R. Porque ahora tengo un perro en el chalé de Alcoi, y quiero profundizar en esa experiencia. Es muy curioso. Incluso te cambian las relaciones sociales. Ahora hablo mucho más con gente que tiene perros. P. El colectivo Purgatori es reconocido por unos como algo muy rompedor, pero calificado por otros como un conjunto de jetas que disfrazan el vacío con la modernidad. R. Entre los artistas hay mucho mal rollo, muchos celos profesionales. Cuando alguien hace valoraciones así, está observando nuestra trabajo con resentimiento o, como mínimo, con total incomprensión. P. Precisamente por cuestiones estéticas resulta extraño, pero parece que el PP pretende acercarse a ustedes, y viceversa. La Generalitat les potenció en México y en Ibiza, y les concede ciertas subvenciones. R. Es de lo bueno que está haciendo el PP. La política, a veces acierta. P. Usted ha aparecido en ocasiones en programas-debate de Canal Nou, ¿no? R. Acudí dos veces a Carta Blanca [el antecedente de Parle Vosté, Calle Vosté]. La primera, ejercí el papel de chica-gorda-sexy en el debate, incluso pasé un cásting para ver si era lo bastante mona.Allí defendí el cánon de belleza que yo represento. El de Rubens. P. La sensualidad en el volúmen. R. Ahí está. Hice una llamada a que cada uno se reconociera como es, y aprendiera a gustarse sin complejos. Ese programa estuvo muy bien. Pero el siguiente fue un rollete. En él se hablaba de moda, y no me gustó porque resultó muy amañado. Si en la mesa de invitados alguno mencionaba que está bien ponerse peluca, entre el público aparecían dos que usaban pelucas de la tienda de noséquién que estaba en la calle nosécómo. El programa ya cogía la onda que desarrollaría en la etapa de Parle Vosté, con todo preparado de antemano. P. Hay una palabra de su capa y sayo que utiliza mucho: "chiripismo". ¿Qué significa? R. Pues eso. La determinación que de la vida hace la "chiripa" o el azar. Me siento identificada con el concepto pop de elevar a arte lo cotidiano, y con el dadaísmo, por la valía que le da al azar. Mi existencia ha estado impulsada por el "chiripismo", por la casualidad. P. El escritor Paul Auster piensa igual de la suya. R. Hace bien.

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