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Tribuna:Andalucía de la A a la Z
Tribuna
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Harinear: alma de anfibios

La cultura oral de este pueblo y su situación geográfica, que lo embarcó en las mayores aventuras mar afuera y le infligió los más lacerantes castigos tierra adentro, explican esa proliferación de palabras anfibias que llegan desde el mar de los Sargazos hasta el cortijo del terrateniente. Calló mucho, pero este pueblo sabe hablar. Trasminar, por ejemplo, es una extrapolación de una jerga minera que cobró fortuna en Riotinto, Cala o Zufre al perfume que despiden el nardo o el jazmín. Harinear, verbo apocopado en el hari-hari que no es sirimiri, es palabra que sirve para resumir gráficamente esas mijitas de lluvia que no llegan a la categoría del chispeo. Un prodigio del campo semántico de la lluvia que recorrió toda la ruta de la Plata, desde Andalucía hasta Galicia pasando por Fuente de Cantos, la cuna de Zurbarán, que el año próximo le disputará a Velázquez los fastos del centenario; la cuna también del munícipe de IU en el Ayuntamiento de Sevilla Luis Pizarro, que busca vocablos nuevos estos días en alguna playa cercana a Marrakech. En la era también se espera la marea. Igual por eso han erigido en Castro del Río (Córdoba) un monumento al olivarero con las olivas al aire, como un latigazo praxiteliano del marinero en tierra que protesta en versos de Alberti: ¿por qué me llevaste, padre, a la ciudad? Marismaire. Así tituló el poeta huelvano Abelardo Rodríguez un libro de poemas. Tierra juanrramoniana de Moguer que en Zenobia se hace mar caribe y boricua. "Por tierra y mar" es el nombre del programa de televisión que Ezequiel Martínez dirige desde hace cinco años en Canal Sur donde se habla de la papa y el jurel, de la siembra y la almadraba. En los sueños de los marinos de Palos que partieron hacia América había hipogrifos terribles, sierpes vengativas. No sabían que ellos eran los monstruos y las sierpes para los indios hasta que fray Bartolomé de las Casas, obispo de Chiapas, les abrió los ojos. Simples mortales barbudos que se iban a la aventura porque no había televisión. Pero ésa es harina de otro costal. Elcano sigue dando la vuelta al mundo como un coro flotante del Carnaval de Cádiz. Las rogativas sirven igual para sequías y para inundaciones. El hari-hari es una antídoto contra los extremismos térmicos, ésos que dejaban sin nieve Sierra Nevada en puertas de un Mundial o convertían el Genil en un brazo de mar a su paso por Écija antes de Navidad.

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