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Una prueba de solidaridad tras el Tour de Francia

El calor, además de espeso, fue humano. Alderdi Eder (punto de salida) se convertía en frontera de la playa y el asfalto. A un lado los bañistas, al otro, los ciclistas. Los primeros gozando del sol, los segundos del calor humano. La presentación, más que un ritual, era un cierto desagravio para con los desventurados del Tour. Los aplausos diplomáticos fueron más humeantes cuando Olano accedió al escenario, se recrudecieron con el Vitalicio, crecieron con Fernando Escartin y explotaron con Jalabert. El Festina, mas tardío, también recibió los suyos.Pero la estrella es "Jaja". Reclamado insistentemente por los medios de comunicación, dado su liderazgo moral y dialéctico, el corredor francés transitaba hacia la línea de salida entre requerimientos y aplausos populares que venían a celebrar su actitud personal y ciclista. En carrera sólo se le vió unos metros en el acceso a las rampas de Jaizkibel, pero su presencia era enorme en el graderío popular.

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El triunfo del pedigrí

Los ciclistas recibieron el calor de la solidaridad, entre profusión de refrescos y algún pincho de tortilla o queso tras el ritual de la estampación de firmas. Al final, un ganador y muchos ciclistas sudorosos, con especial seguimiento a Abraham Olano, a causa de su presente y de su futuro. Olano no ha arreglado aún su porvenir con Banesto, que le reclamó antes del Tour para definir su contrato. Ni Olano ni Eusebio Unzué daban ayer mayor importancia al caso, aún a pesar de los rumores que alejarían al corredor donostiarra de su actual formación. Olano, sin embargo,parece únicamente preocupado por resolver sus problemas físicos: "Los médicos dicen que debiera descansar, pero ya se sabe que sólo se descansa una vez en la vida", afirmaba al término de la carrera, tras reconocer que el tratamiento de ultrasonido no le permite aún rendir en plenitud.

Camisetas de "Egin"

Olano se probó "hasta que Casagrande nos cogió unos metros en Jaizkibel y ya me di cuenta de que no podría seguirle", afirmaba contrariado antes de acceder al podio como primer corredor guipuzcoano y sostener una camiseta del diario Egin, entregada por los trabajadores, que su esposa lució como indumentaria.

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