Unió y Convergència libran una batalla municipal interna en Sabadell de cara a las próximas elecciones

La pugna entre Convergència Democràtica (CDC) y Unió Democràtica (UDC) de Sabadell por la elección del candidato a la alcaldía se ha convertido en los últimos días en un fuego cruzado de acusaciones. Ambos partidos han expresado el deseo de que sean sus candidatos los que lideren la lista de la coalición CiU. Convergència aduce a razones "históricas, a la implicación en la sociedad civil y al nombre de militantes". Unió presenta a Jordi Casas -quien ya fue alcaldable en las últimas elecciones- como el candidato que goza de "la confianza de CiU para ejercer de portavoz adjunto en el Parlamento catalán". Los comunicados se han sucedido uno tras otro. Tras las acusaciones lanzadas por el responsable de política municipal de UDC, Ramon Espadaler, a los dirigentes municipales de CDC en Sabadell de enviar un correo electrónico amenazador por la posible candidatura de CiU del democristiano Jordi Casas, portavoz de CiU en el Ayuntamiento de Sabadell, CDC hizo público un comunicado en el que se tachaba a Unió de "mal estilo para difamar al socio de coalición y crecer a costa de él" y se describía el discurso de Espadaler como "inmoral y falto de ética". Como respuesta a estas calificaciones, Unió ha lanzado otro comunicado en el que se lamenta de la actitud de CDC de Sabadell y se señala que "Casas es víctima de un permanente cuestionamiento que no va acompañado de ninguna otra alternativa". Una afirmación que contrasta con las declaraciones del dirigente de CDC de Sabadell, Joan Ignasi Sánchez, en las que asegura que su partido ya ha presentado un candidato alternativo cuyo nombre no quiere revelar hasta que no haya recibido una respuesta por parte de la dirección nacional. Las discrepancias entre los dos socios de coalición arrancaron en la última campaña electoral y han continuado durante todo el mandato. El comité local de CDC dejó claro desde un principio que no quería a Casas como candidato a la alcaldía. La crisis se agudizó en enero de este año, cuando se votaron los presupuestos municipales. Los dos concejales de Unió se abstuvieron, mientras que los dos de CDC votaron en contra. "En aquellos momentos, Espadaler pidió mi dimisión y la de los dos concejales de Convergència", señala Sánchez. Unas demandas que "ofendieron a los miembros de CDC de Sabadell; por este motivo, el ex concejal Pere Obiols envió el pasado enero el polémico correo, en el que se recordaba a Espadaler que no tenía ningún derecho a pedir dimisiones y se le sugería que mejor se preocupara por los problemas de su casa, "pero en ningún momento se hablaba de Casas". En abril, Obiols dimitió oficialmente por "exceso de trabajo"y, según CDC, porque la tensión entre UDC y CDC "era inaguantable". Tras la marcha de este concejal, entró Sánchez en el Ayuntamiento con el objetivo, afirman fuentes cercanas al dirigente del comité local de Convergència, de "marcar a Casas". En otro nuevo intento para conseguir un alcaldable de CDC y no de Unió, los convergentes propusieron cambiar el candidato de Unió por el de Terrassa, pero las negociaciones no prosperaron. A pesar del rechazo que han demostrado abiertamente los miembros de Convergència hacia Casas y de que el partido nacionalista sigue manteniendo su propio candidato, Sánchez afirma que respetará "la decisión de la dirección nacional y el pacto entre las dos coaliciones. "Algo que no hacen nuestros socios", añadió. Según este pacto, "los convergentes tienen que aportar el 75% de los nombres de la lista y Casas está proponiendo una papeleta ideológicamente abierta para las próximas elecciones". Las luchas internas entre los dos socios de coalición también han marcado el papel de CiU como principal fuerza de la oposición en un Ayuntamiento gobernado por IC. En el transcurso de estos tres años de mandato ha cambiado una oposición feroz por un discurso moderado.