La UCI prepara una estrategia común de lucha contra el dopaje
La Unión Ciclista Internacional (UCI), sobrepasada por el escándalo del Tour, forzada por la ofensiva judicial y policial francesa, se aplicó ayer en París a la tarea de recomponer las fracturas internas del mundo ciclista y a elaborar una estrategia común de lucha contra el dopaje. Los dirigentes de su comisión ejecutiva se reunieron con organizadores de las más importantes pruebas y directores de equipos.
A juzgar por los comentarios, nada explícitos, realizados al término de la reunión, tras varias horas de discusiones intensas, el encuentro contribuyó a atemperar los ánimos, a aclarar equívocos y a adelantar algunas propuestas que, en todo caso, deben ser consultadas con los representantes de los corredores el próximo martes en LausanaEntre las propuestas esbozadas figuran la adopción por todos los corredores del pelotón internacional de una "agenda sanitaria" que debería instaurarse a partir del uno de enero próximo, así como el establecimiento de cuatro controles antidopajes anuales, independientes de los equipos, a aplicar bajo la tutela directa de la propia UCI. Representada ayer por su vicepresidente, el holandés Hein Verbruggen, el italiano Agostino Omini, el francés Daniel Baal y el presidente de la comisión de lucha contra el dopaje, el profesor holandés Leon Schattenberg, la más alta instancia del ciclismo mundial comunicará oficialmente sus resoluciones el próximo jueves día 13.
"Vamos a adoptar decisiones muy importantes en las próximas semanas, pero pretender que llegáramos hoy a una solución, era pedir demasiado", indicó Carmino Castellano, el director del Giro. El dirigente italiano no quiso dejar pasar la ocasión sin mostrar su apoyo expreso a los directivos del Tour. "Somos solidarios con el Tour de Francia y con su director Jean-Marie Le Blanc", dijo tras presentarlos como víctimas de los acontecimientos.
En la reunión, a la que asistieron igualmente, el mismo Jean-Marie Leblanc, el director de la Vuelta a España, Fernando Gadea, así como los organizadores del Tour de Luxemburgo y de la Vuelta a Burgos, los directivos del ciclismo internacional analizaron la situación creada y, calendario ciclista en mano, esbozaron alternativas que nadie llegó a precisar. "Hemos hablado de todo, hemos repasado el horizonte que se nos presente, pero tenemos que consultar con los corredores los ejes de trabajo y las eventuales medidas a adoptar", señaló Daniel Baal, presidente además de la Federación Francesa de Ciclismo.
Aunque el clima general en el hotel Concorde-Lafayette, no era exactamente de abatimiento, los directivos de la UCI, los organizadores de las carreras y los directores de los equipos transmitieron un sentimiento agudo de preocupación y la necesidad imperiosa de abordar de una vez, en profundidad, un problema que de otra manera amenaza el futuro mismo del ciclismo profesional.
Los directores de los equipos: José María Echávarri (Banesto), que estuvo acompañado por el manager Francis Lafargue, Patrick Lefebre (Mapei), Walter Godefroot (Telekom), Jean-Luc Vandenbroucke (Lotto), Gianluigi Stanga (Polti) y Theo de Rooy (Rabobank) se sumaron por la tarde a la reunión. El resto de los equipos estuvieron representados por Roger Legeay del Crédit Agricole, en su calidad de presidente de la AIGCP (Asociación Internacional de Grupos Ciclistas Profesionales).
Respuesta española
La federación española de ciclismo, por otra parte, en una carta remitada por su secretario general Rafael Torres a la federación francesa, niega la existencia de un boicoteo español a las pruebas francesas. Torres señala en dicho comunicado que la federación española "no está en contra del ciclismo en general, ni en particular, ni contra el Tour de Francia o el control antidopaje". "Hemos renunciado al Tour femenino", añade, "porque lo consideramos lo más razonable para un equipo de poca experiencia despuès de los incidentes ocurridos en Francia".
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