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BALONCESTO MUNDIAL DE ATENAS

España, contra el factor griego

La selección busca hoy en Atenas su pase a semifinales y su reingreso entre los mejores

Robert Álvarez

La caldera griega vuelve a ser el recipiente en el que España tiene que cocinar su regreso entre los mejores. Como en el campeonato de Europa de 1995, vuelve a ser Grecia el rival que separa a la selección española del determinante paso a las semifinales. El escenario, el pabellón olímpico de Atenas, los más de 18.000 aficionados que lo llenarán, el ambiente y hasta muchos de los protagonistas van a ser los mismos esta noche (21.00, La2) que entonces. Pero existe el convencimiento firme y general en el bando español de que no se va a repetir aquella derrota (66-64), ni el mismo arbitraje, calificado después de aquel nefasto día por Lolo Sainz como "descaradamente parcial".Esta vez el seleccionador español, sus jugadores, los directivos de la federación, los de la ACB, todos, están segurísimos de que la historia va a ser bien diferente. De hecho, ya es diferente, porque España ha disputado dos fases iniciales inmaculadas -cinco victorias (cuatro de ellas, ante equipos de postín:Brasil, Argentina, Australia y Lituania), y una sola derrota, por dos puntos, ante Estados Unidos-. Porque ha ganado hasta tres partidos con finales apretadísimos. Porque su juego ha ido mejorando hasta llegar a un notable nivel. Porque Grecia, en cambio, por muy equipo anfitrión que se trate, comparece con la lengua fuera, tras haber perdido sus dos últimos partidos ante Rusia y Yugoslavia, en los que anotó tan sólo 48 y 56 puntos. Porque hasta el público local ha llegado a hacer patente su descontento con el juego que está desarrollando la selección que dirige Panayotis Yanakis.

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Día clave

Hoy es el día g y la hora h. Éste es el partido en el que el baloncesto español puede dar el salto que no ha sido capaz de realizar en los tres últimos europeos, donde siempre perdió en esta misma situación, en los cuartos de final: en 1993, ante Alemania, en 1995, ante Grecia y en 1997, ante Rusia. Y a pesar de esa fortísima carga ambiental que está garantizada esta noche en el pabellón olímpico, ¿qué mejor rival que este equipo griego en declive, que no encuentra sucesores de jerarquía a la altura de Yanakis, Galis o Cristodulu? ¿Qué mejor forma de subir el peldaño decisivo a costa del equipo que ha estado durante los últimos diez años en el lugar que todo el baloncesto español suponía que debía haber ocupado la selección que entonces dirigía Díaz Miguel y ahora hace Lolo Sainz?Sainz, en medio de una expectación inusual por la masiva presencia de periodistas griegos, se mostró ayer rotundamente confiado y optimista ante el cuarto partido decisivo de cuartos de final que afronta en sus cinco años como seleccionador. Mantiene su preocupación por la labor arbitral y la gran presión a la que se verá sometida, pero dijo estar seguro de que no se va a producir "un asalto". También aseguró no estar preocupado por la presión -"prefiero jugar ante 20.000 personas, aunque no sé cómo van a reaccionar los jugadores jóvenes, que hacerlo en una cancha vacía, porque esa presión, a la hora de la verdad, se puede volver contra ellos"-. Y concluyó su discurso optimista desvelando que ha advertido un especial espíritu ganador en su equipo: "Es una de las veces en que veo mayor convencimiento y orgullo, tal vez porque hemos llegado por la puerta de atrás. Y eso nos ha estimulado a reforzar ese espíritu de lucha. A mantener esa intensidad que nunca deberíamos perder".

Juan Antonio Orenga, capitán de la selección, corrobora la confianza que aseguran sentir todos los jugadores y técnicos: "La diferencia respecto a otras veces es que hemos jugado realmente bien. Se respira un ambiente ganador. No nos preocupa la presión. Ellos no están jugando bien. Nosotros hemos ganado tres partidos con finales muy ajustados y eso nos puede dar moral y servir de referencia en el caso de un final apretado"

Una excesiva igualdad en el marcador cuando se disputen los últimos minutos es lo que de ninguna de las maneras desea Sainz: "Estamos perfectamente preparados ante situaciones apretadas. Ahora bien, tendremos difícil alguna opción de victoria si a los dos últimos minutos llegamos con dos puntos de ventaja o de desventaja". En 1995, Grecia se despegó en el marcador a cuatro minutos para el final, 59-51, y defendió esa renta hasta el 66-64 definitivo. Por España, cuya derrota entonces le impidió clasificarse para los Juegos Olímpicos de Atlanta, sólo se mantienen Herreros y Reyes, puesto que Orenga, lesionado, no pudo jugar, mientras que por Grecia repiten Sigalas, Ekonomu, Fasulas, Alvertis y Rentzias.

A romper la tradición

Despreocupado por la superioridad de Grecia sobre España en los últimos años -"la tradición está para romperla, como ya ha sucedido, por ejemplo, en la Liga ACB"-, Sainz explicó que uno de los aspectos que se trabajaron durante el entrenamiento de ayer son las alternativas en ataque ante la posibilidad de que Herreros, máximo anotador del campeonato, reciba un marcaje desmedido: "Siempre lo hemos tenido por un buen anotador, pero está pidiendo aún más guerra porque está en un momento psicológico muy dulce y está muy preparado para este partido". Sainz añadió que el partido supone una gran oportunidad para el baloncesto y para el deporte español en general.Gustavo Aranzana, miembro del cuerpo técnico de la selección, contó lo que se presume que esta noche se va a encontrar España: "Los jugadores griegos utilizan muy bien el cuerpo y aplican muy bien la defensa de anticipación. El problema es hasta dónde pueden llegar en ese aspecto y la clave estará en que no vayamos de pardillos. Y si ellos empujan y hablan, nosotros respondamos de la misma forma". Aranzana destaca que Grecia cuenta con muchos jugadores que se prodigan en los lanzamientos triples -"a pesar de ello una defensa en zona en algunos momentos les puede sorprender"- y que sus pívots tienden a abrirse e incluso a salir fuera de la zona, con todas las ventajas y desventajas que ello supone.

Los técnicos españoles consideran que Grecia juega a un ritmo muy lento y que una de sus debilidades es que su base, Koronios, no es muy buen defensor. También que en general los griegos no defienden bien las penetraciones. Los aspectos tácticos pueden tener esta noche a su misma altura los aspectos psicológicos: España lucha contra el factor griego para recuperar de una vez su escalafón a nivel mundial.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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