Duran Lleida se lanza al debate por el "número dos" de CiU
Josep Antoni Duran Lleida, el líder de Unió Democràtica, está dispuesto a entrar de lleno, "aceptando de entrada todas sus consecuencias", en el debate abierto por otros dirigentes de su partido sobre quién debe ocupar el segundo puesto de CiU tras Jordi Pujol en las próximas elecciones autonómicas. La mera eventualidad de que Duran concurra como número dos de Pujol a las elecciones ha provocado el abierto rechazo de los dirigentes de Convergència que aspiran a ser los herederos políticos del actual presidente catalán.
En una cena con militantes de su partido celebrada el miércoles en Sant Martí d"Empúries, Duran afirmó ser consciente de que está ya planteado el debate sobre el número dos de CiU. El dirigente democristiano aceptó la crítica lanzada a Unió el mismo día por el consejero de la Presidencia del Gobierno catalán, Xavier Trias, por ventilar esta espinosa cuestión a través de los medios de comunicación. "Creo que no es bueno que se haga a través de la prensa", afirmó Duran, "pero lo cierto es que el debate está planteado y lo asumo con todas sus consecuencias y con plena responsabilidad". Está previsto que la dirección de Unió aborde formalmente esta cuestión en su primera reunión tras las vacaciones. No existen dudas acerca de que los democristianos consideran indicado que Duran ocupe un escaño en el próximo Parlament y, si CiU logra de nuevo formar gobierno, en el Consell Executiu de la Generalitat. Esta posibilidad, sin embargo, ha sido frontalmente rechazada por algunos destacados dirigentes de Convergència, como el secretario general, Pere Esteve, y el de organización, Felip Puig. Hasta tal punto han sido categóricos estos rechazos que el responsable de relaciones políticas de Unió, Domènec Sesmilo, se creyó ayer en la obligación de salirles al paso y pedirles respeto para Duran y su partido. Tras calificar de "inadmisible" la actitud de estos dirigentes de Convergència, Sesmilo sostuvo que demuestran "una enorme falta de respeto a las personas y una clara predisposición a la prepotencia". Agregó: "Es hora de decir basta: esto debe terminar por el bien de la coalición". Sesmilo aprovechó la ocasión para formular un memorial de agravios en el trato que los dirigentes de Convergència otorgan a Duran. Recordó que hace dos años "arremetieron" contra él por haber planteado la necesidad de renovar el mensaje nacionalista. Añadió que el año pasado, como ahora, Duran "tuvo que oírselas de todos los colores" porque algunos miembros de Unió "apuestan por que tenga un papel determinado en las próximas elecciones y en el futuro poselectoral". Algunas de las opiniones vertidas por los dirigentes de Convergència sobre Duran hieren especialmente a sus aliados. Como esta que Sesmilo recordó para exigir, enérgicamente, respeto para su líder: "Duran no suma absolutamente nada a la coalición y como él hay docenas [de dirigentes] en ella". La herencia de Pujol La clave del rechazo de los delfines de Convergència hacia Duran reside en ese "futuro poselectoral" aludido por Sesmilo. La edad de Pujol, que en junio cumplió 68 años, hace que la discusión sobre la segunda plaza en su candidatura se convierta en un anticipo del debate sobre su futura sucesión. Para estar bien situado en este debate no es un detalle accesorio ser o no miembro del Parlament, porque es entre los diputados entre los que se debe elegir necesariamente al presidente de la Generalitat. A su vez, si el líder de Unió forma parte de la candidatura electoral de CiU, es inaceptable para este partido que luego no forme parte del Gobierno catalán si los nacionalistas ganan las elecciones. En cambio, los dirigentes de Convergència sostienen que sólo están dispuestos a aceptar que un representante de Unió ocupe la segunda plaza de la candidatura de CiU si luego su opción es ocupar la presidencia del Parlament, un cargo para el que Duran no tiene vocación alguna. Pujol inició ayer sus vacaciones y pasará dos semanas en el retiro familiar de Queralbs (Ripollès). Pero las vacaciones han sido este año, como el anterior, el momento escogido por los dirigentes de su coalición para discutir sobre su sucesión.
