El equipo verdiblanco, sin Denilson, ganó 2-0 al Extremadura en el primer envite de pretemporada
Los aficionados béticos y los amantes del fútbol tendrán que esperar a una próxima ocasión. El brasileño Denilson fue una de las ausencias notable -tampoco jugaron Finidi, Vidakovic ni Benjamín- del equipo sevillano en su primer envite serio de la pretemporada frente al Extremadurara. En el palco del Francisco de la Hera, Manuel Ruiz de Lopera, flanqueó a Antonio Oliveira, el entrenador portugués con el que el presidente verdiblanco ha querido cerrar el culebrón estival iniciado hace cinco días con la dimisión de Luis Aragonés. La atención, definitivamente, estaba fuera del campo.En él, un golazo de Andrei, (minuto 50), un clásico cabezazo de Oli (minuto 67) y mucho más toque en la segunda mitad bastaron al equipo sevillano para ganar por 2 a 0. El encuentro entre extremeños y béticos fue un vaivén entre el voluntarismo del once de Almendralejo y la búsqueda de identidad de los verdiblancos. Los días de pasión veraniega que se han vivido en la concentración de Chiclana no parecieron dejar más huella en los jugadores que una razonable confusión ante la falta del guía en el banquillo. A esto el Extremadura no opuso mayor claridad, pero sí velocidad y presión. Durante la primera media hora, los azulgrana recuperaron la pelota con facilidad, cuando no la regalaba la zaga bética en pases horizontales sin sentido. No ha tenido Oliveira aún tiempo para conocer a sus jugadores, pero vista la calidad técnica que acumula el Betis de medio campo para adelante (Denilson, Alfonso, Finidi, Benjamín... ) la primera tarea del técnico portugués debe ser apuntalar la defensa del equipo. Un tópico -italiano, seguro- del fútbol, dice que los grandes equipos se hacen desde atrás. Lo cierto es que el proyecto de Luis Aragonés de la temporada 97-98 recibió demasiados goles para alcanzar los objetivos a los que parecía destinada la plantilla verdiblanca. Ayer, el esfuerzo del medio campo extremeño, capitaneado por el incombustible Pedro José provocó los errores de Andrei, Otero y Jaime. La labor de Ureña, tapando los huecos que dejaban sus compañeros de línea y sobre todo la desafortunada noche del delantero centro del equipo rival, el argentino Rueda, permitieron a Prats mantener su puerta a cero. La primera mitad del Betis sí dejó algunos apuntes. Cuéllar y Fernando fueron los más activos y con su actitud parecieron reivindicar una nueva oportunidad para rescatar su crédito, algo maltrecho tras la pasada temporada. Ito y Alexis aseguran estabilidad táctica en el centro del campo, pero poca profundidad en sus pases. Y algunos recién llegados, como Gálvez y Andrei están todavía muy lejos de su mejor forma. El brasileño, eso sí, tuvo tiempo de mostrar uno de sus puntos fuertes. Ejecutó magistralmente un golpe franco en el arranque de la segunda parte, que se coló por la escuadra de la portería defendida por Amador. El primer gol y el desgaste físico de los extremeños permitió a los béticos un desahogo mayor en la segunda mitad. Apareció Alfonso, conectó con su hermano Iván, y el balón pasó a ser propiedad de los verdiblancos. Un testarazo de Oli y un puñado de ocasiones falladas certificó el dominio del Betis, que tuvo buenas rachas de juego, a pesar de los incesantes cambios. Cuando Carmona Méndez pitó el final del partido, los extremeños estaban con la lengua fuera y los béticos parecían estar a gusto con su camiseta, de nuevo diseño. Buenas vibraciones para cerrar una semana loca. Lopera parece haber tomado nota. El último asunto pendiente, la salida del equipo del Jarni, se resolverá en los próximos días. El acuerdo con el Coventry inglés está mas cerca.
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