Casa de Campo

La tarde del pasado viernes me dirigí, en compañía de mi mujer y mis dos hijos, a pasar un rato distendido en nuestra querida Casa de Campo, hecho que no ocurría desde prácticamente el verano pasado. Una vez dentro del recinto campestre, nos encaminamos hacia el lugar donde habitualmente solemos situarnos, en el que, además de pasear y hacer un poco de deporte, también es lugar de divertimento para los pequeños, pues al lado se encuentra ubicado un pequeño parque infantil. Cuál fue nuestra sorpresa cuando, una vez allí, nos dimos cuenta de que estaba poblado por numerosas mujeres con unas vestimentas ciertamente provocativas y, es más, algunas de ellas estaban prácticamente en cueros, ocupando toda la zona, incluida el área infantil. Estaba claro de lo que se trataba, por lo que nos tuvimos que trasladar a otro sitio, que estaba un poco más despejado, aunque el trasiego de dichas mujeres era continuo. Otra cosa que nos resultó muy desagradable fue que todo el terreno estaba lleno de preservativos usados.Mi pregunta es la siguiente: señor alcalde Manzano, si un lugar como la Casa de Campo se encuentra en ese estado de progresivo deterioro natural y social, ¿cómo piensa dejar el resto de la ciudad cuando abandone el cargo?-