Los candidatos del PSOE en ciudades de más de 50.000 habitantes firmarán contratos-programas

Todos los candidatos socialistas en ciudades de más de 50.000 habitantes se comprometerán con su firma ante colectivos organizados a cumplir una serie de promesas que figurarán en el programa electoral. El secretario de Organización del PSOE, Luis Pizarro, dice que se trata de dar "un paso cualitativo" respecto a ofertas programáticas de comicios municipales anteriores y de poner fecha a la ejecución de iniciativas. "El electorado entiende que un gran proyecto que cuesta 30.000 o 50.000 millones de pesetas tarda muchos años, pero hay otros que se hacen día a día y esos tienen que tener un enfoque distinto", afirma. El PSOE llama a esta iniciativa política el contrato-programa.

Los candidatos de ciudades de más de 50.000 habitantes (21 en Andalucía) estamparán su firma en un documento en el que figurarán las promesas a las que lleguen con colectivos organizados de sus ciudades y cuyo plazo de ejecución se estipula en cuatro años, la duración del mandato municipal. De este modo, los socialistas pretenden implicar en su oferta a los movimientos ciudadanos y vecinales e intentar hacer creíble que cumplen lo que prometen. Serán compromisos que puedan contraer los ayuntamientos, los del "día a día", en palabras de Luis Pizarro, quien asegura que de esta forma el PSOE asume "no sólo desde un punto de vista teórico y retórico" el contenido de su programa electoral. Al margen de las obligaciones específicas que adquieran en sus ciudades, los candidatos presentarán una serie de iniciativas comunes en todas las circunscripciones relacionadas con el fomento del empleo o el medio ambiente, que emanarán de la ejecutiva federal. En el terreno institucional, el programa socialista defenderá un papel más político y activo de las corporaciones locales, en línea con las propuestas del PSOE de modificar las leyes generales que afectan a los ayuntamientos, de manera que los alcaldes sean elegidos en votación directa. En cuanto a la preparación de la campaña, un argumento común que utilizarán los aspirantes, sobre todo los que se presentan frente a los alcaldes de las ocho capitales, todos del PP, será la ausencia de proyectos emblemáticos en ejecución, la mayoría de los cuales, según opina Pizarro, surgieron durante la etapa de los gobiernos socialistas. "Los ciudadanos tienen muy claro que el PP ha incumplido lo que prometió", afirma. Pizarro ironiza sobre la pretensión del PP de Andalucía de movilizar a cerca de 40.000 militantes para que contacten directamente con los ciudadanos. "Nuestras aspiraciones no alcanzan esas cifras", comenta, "pero sí queremos contar con las personas que han participado en las elecciones primarias. Queremos hacer una campaña no de puerta a puerta, sino de boca a boca y darle un sesgo a las campañas de grandes actos".Reproches por el acuerdo agrario

El secretario de Organización del PSOE, Luis Pizarro, reprochó ayer al PP andaluz que "mire a otro lado", pese a que "el Gobierno central se ha visto obligado a rectificar con Andalucía respecto a la modificación del Aepsa [el nuevo PER] como fruto de la presión de la sociedad y las instituciones andaluzas". Pizarro afirmó que, pese a que el PP insiste en que durante la negociación del Aepsa éste no se ha visto comprometido, "está demostrado que hubo propuestas de modificación encima de la mesa negociadora". "Fue la actitud de los sindicatos en defensa de los intereses de los trabajadores la que impidió que [Javier] Arenas ejecutara esa medida que pretendía poner en marcha unos cambios sustanciales, como inicio de la liquidación del PER en Andalucía", añadió. Para Pizarro, "los populares actúan como si no fuera con ellos ese cambio de actitud importante y continúan con un discurso agresivo fruto de la frustración que tienen ante el fracaso de la estrategia de enfrentar al PSOE con los sindicatos". En este sentido, añadió que "Arenas ha pretendido desviar la atención para aparentar que la confrontación era entre el PSOE y los sindicatos, cuando sabía, al igual que los sindicatos, que la divergencia estaba entre sindicatos y Gobierno central".