"Fui vetado para la Audiencia Nacional por progresista"
El fiscal jefe del Tribunal Superior de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, asegura que fue "vetado" para la jefatura de la Audiencia Nacional "por su ideología progresista" y enfatiza que "los males" de este órgano comenzaron cuando, durante la crisis de los llamados fiscales indomables, se decidió destituir como fiscal jefe a José Aranda. Ello "quebró de manera irremediable el principio de jerarquía", afirma en una entrevista con motivo de la presentación de la memoria de su departamento.El caso Rubio, el de los fondos reservados, el del vídeo sexual del director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, las comisiones del Ave, las ramificaciones del caso Banesto... son algunas de las diligencias en la que interviene ahora. "Son asuntos que siguen vivos en la fiscalía y sobre ellos no voy a hablar", advierte.
Pregunta. Desde algunos sectores se le tacha de ser una persona próxima al PSOE.
Respuesta. Soy un hombre con mentalidad progresista, básicamente de izquierdas. Si, en la medida de mis atribuciones, me preocupo por el Medio Ambiente, es que yo soy así; si me preocupan los presos, es que yo soy así; si me preocupa que la delincuencia siga siendo selectiva y que a la cárcel vayan los débiles, es que yo soy así... Ahora bien, si lo que quieren decir es que tengo algún tipo de vinculación no confesable con algún grupo político, mienten como cosacos.
P. Tiene fama de llevar la fiscalía de Madrid con puño de hierro. ¿Quizá ése era el perfil que necesitaba la Audiencia Nacional y por lo que presentó su candidatura a la jefatura?
R. Todo lo que diga puede tener muchas lecturas... Cuando pedí la jefatura de la Audiencia, no había ningún candidato y buscaban uno. Resulta que yo fui vetado: recibí el mensaje de que estaban buscando a uno, pero que ése no podía ser yo.
P. ¿Quién le vetó?
R. Me lo dijeron, pero no voy ahora a remover aguas pasadas.
P. ¿No es idóneo para la Audiencia Nacional el fiscal jefe del Tribunal Superior de Madrid?
R. Mi ideología parece que no gustaba. El Gobierno tiene derecho a nombrar a quien le guste. Pero lo que no puedo aceptar fácilmente es que el Consejo Fiscal, cuya misión es valorar la capacidad profesional de los candidatos, pervirtiera su función y entrara en valoraciones políticas que ahorraban al Ejecutivo la negativa a mi nombramiento.
P. Pero la decisión del Consejo no vincula al Gobierno.
R. La ley dice claramente que sí. La mayoría de los juristas no compartimos, dentro del respeto, la más que peculiar sentencia de la Sala Tercera del Tribunal Supremo. Sus fundamentos no se tienen en pie.
P. Usted es miembro fundador de la Unión Progresista de Fiscales.
R. Sí, y creo que a mí no se me va a perdonar nunca haber servido a un Gobierno democrático [del PSOE] como modesto asesor. Me siento orgulloso de haberlo hecho. Fue una etapa enriquecedora, coadyuvé a hacer leyes... Aquello no fue una atadura, pero no se me va a perdonar. Y me duele aún más porque algunos de los que me atacan por haber servido a un Gobierno democrático fueron fieles servidores de otro no democrático.
P. Hay abogados que comparan la Audiencia con un espectáculo circense.
R. El circo es maravilloso y tengo mucho respeto por él como para compartir esa afirmación. Pero la Audiencia ha sido un espectáculo poco edificante.
P. ¿Es habitual que un fiscal jefe transmita una instrucción y sus subordinados no la acaten?
R. Si eso llega a ocurrir, existen mecanismos legales para reponer la legalidad. Lamentablemente, en aquella ocasión no fueron utilizados.
P. ¿Hubo, quizá, excesiva benevolencia disciplinaria con los denominados fiscales indomables, los que no acataban las instrucciones de Aranda?
R. No soy quien para evaluar eso. Ahí hubo un momento crucial, que fue cuando se decidió destituir al fiscal jefe y se quebró, de manera irremediable, el principio de jerarquía. Fue penoso que el Consejo Fiscal apoyara esa decisión, que quebró uno de los principios claves de nuestra actividad. De ahí vienen el resto de los males.
P. ¿El juez estrella nace, se hace o lo crean los periodistas?
R. Es un subproducto de la Administración de Justicia. Son una desgracia y los medios de comunicacion tienen parte de culpa de esto.
P. La detención de Mariano Rubio a instancia de su fiscalía fue criticada en algunos sectores. Se dijo que era inusual que los fiscales detuviesen a personas.
R. A quienes dijeron eso no les preocupó, en cambio, saber quienes eran las otras muchas personas a las que, por orden de la fiscalía, se detuvo ese mismo año. La detención se ordenó porque, en ese contexto, tras la huida de Luis Roldán, había indicios que apuntaban un riesgo de fuga. Y duró desde su casa hasta el juzgado de guardia. Pero fue un juez el que ordenó su ingreso en prisión, no el fiscal.
P. ¿Ha recibido consignas desde arriba para actuar en un sentido en algún asunto polémico?
R. No, ni las admitiría.
P. ¿Se siente respaldado por el fiscal general del Estado?
R. Nunca se lo he preguntado, pero creo que él no ha hecho ninguna manifestación que me permita afirmar lo contrario.
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