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El niño que murió ahogado en Can Dragó padecía una alteración cardiaca

El niño que falleció hace un mes en la piscina de Can Dragó, en Barcelona, padecía una distrofia muscular : una enfermedad neuro-muscular que puede afectar al corazón y provocar paros cardiacos. Esta circunstancia, revelada por unos análisis de toxicología, podría influir en el grado de responsabilidad de los dos implicados en el proceso, un socorrista de la piscina y la responsable del grupo de niños que aquel día acudieron a la piscina municipal. Fuentes judiciales señalaron que si el informe de la autopsia determina que la causa de la muerte fue la enfermedad que sufría el pequeño, las diligencias abiertas por un homicidio por imprudencia podrían convertirse en un juicio de faltas. El informe de toxicología entregado a la juez que instruye la causa, Montserrat Comas, indica que el niño de cuatro años Albert L. T. tenía un corazón más grande de lo normal y un anormal índice de colesterol, y esa distrofia muscular suele asociarse con paradas cardiacas. Según las mismas fuentes, al parecer ni los padres del niño conocían esta enfermedad, que no se manifiesta externamente. Por su parte, el pediatra del pequeño ha aportado al juzgado un informe en el que que advierte de la existencia de antecedentes familiares de esta enfermedad hereditaria, en concreto en el abuelo materno. Si el informe del forense indica que aun con una actuación y una asistencia sanitaria rápida y correcta el niño no se hubiese salvado, los dos implicados, la monitora y dueña de la guardería El Timbal, Marifé O. S., y el socorrista José Luis Z. podrían ser acusados sólo de una falta de imprudencia, castigada con una multa, en lugar del delito de homicidio imprudente que ahora se les imputa, penado con hasta cuatro años de prisión. No obstante, la juez mantuvo ayer la imputación de ambos al desestimar una petición de sus abogados para que fuesen exculpados. La magistrada ha interrogado hoy en calidad de testigos a Lidia S. B., una bañista que, por su condición de médico, también prestó los primeros auxilios al niño, y a dos enfermeros y un médico del servicio de ambulancias 061 que acudieron a la piscina. La declaración de la doctora, según estas fuentes, "no favorece" al socorrista, que declaró haber hecho todo lo posible por salvar al niño tras rescatarle del agua, según él, con vida. Según estas fuentes, la doctora, al ver un "revuelo" de gente nerviosa y preocupada, preguntó qué ocurría y se ofreció para ayudar.

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