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TOUR 98

¿Cambio generacional?

Hamburger, Julich, Boogerd y Di Grande son los nuevos valores que asoman en la cabeza del pelotón

Carlos Arribas

La imagen es ésta: Ullrich subiendo los últimos kilómetros del Peyresourde, el único momento intenso de la etapa reina, es como una locomotora de tren de alta velocidad. Lleva unos cuantos vagones. Van los habituales de los últimos años: Riis, Pantani, Leblanc, Escartín, Jiménez, unos Berzin y Heulot redivivos, y van también, más que ninguno de los últimos años a esos niveles en un gran momento, unos cuantos corredores nuevos. Algunos ya destacaron en la contrarreloj (el norteamericano Julich); otros habían sido líderes efímeros (el danés Hamburger), otros llevaban meses anunciando su estallido (el holandés Boogerd), un italiano reputado como gran escalador (Di Grande) y hasta había otro español, Casero. Un cambio generacional, parece. Un repaso a una gente que tiene en común una aparente falta de brillo.Julich, el norteamericano sorprendente. Catalogado como escalador, es un hombre grande y un hombre Tour porque es un hombre de resistencia. Sin ningún brillo especial, ha madurado tranquilamente, y a los 27 años sabe aguantar bien el ritmo de los mejores subiendo. Ya el año pasado había demostrado sus dotes de solidez terminando cuarto la contrarreloj de Disneylandia. ¿Su defecto? "Es demasiado americano", dice el excorredor suizo Tony Rominger.

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Hamburger, el danés pequeñito. Anunciado ya hace años, la maduración del compatriota de Bjarne Riis ha sido más larga de lo esperado. Quizás influyera en ello el escaso nivel del equipo holandés TVM en el que languideció durante seis años. A los 28 años dio el gran salto, fichó por el Casino y aprovechó el gran estado mental del equipo francés para convertirse en un ganador. Se impuso en la edición de este año en la Flecha Valona. En las pruebas de un día tiene temperamento atacante, pero hará un Tour a la defensiva buscando consolidar una plaza entre los diez primeros. Defecto: sus actuaciones en las contrarreloj.

Boogerd, el heredero holandés. Otro de maduración tardía, el líder del Rabobank ha ido enamorándose del Tour poco a poco. El año pasado luchó por quedar entre los 20 primeros y terminó 16º; el año anterior había ganado una etapa. Pasito a pasito, con los pies en la tierra, ya se ha ganado el título de heredero de Breukink, aunque espera ser más sólido en los momentos clave. De momento no lo ha conseguido: falló en la contrarreloj. Cuando no tiene tanta responsabilidad, aguanta.

Di Grande, el estilo del pirata Marco Pantani. También pequeño y también gran escalador, Di Grande lleva tres años incubando un estilo de hombre de grandes vueltas. Debuta este año en el Tour después de haber hecho hasta ahora sus armas en la escudería del Mapei (fue hasta gregario de Abraham Olano) en el Giro. Es el más espectacular de todos. Teatro italiano.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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