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TOUR 98

El Tour expulsa al Festina de la carrera

Bruno Roussel y el médico confiesan haber administrado sustancias prohibidas a los corredores

, En una decisión sin precedentes, el Tour decidió expulsar ayer de la carrera a un equipo ciclista al completo. Virenque, Dufaux, Zülle, Brochard, algunos de los grandes favoritos para ganar la carrera, no podrán salir hoy a disputar la contrarreloj. Era poco antes de las nueve de la noche cuando Jean Marie Leblanc, director de la mejor carrera del mundo, comunicó al intendente del Festina que en aplicación del artículo 29 de la prueba ("Sin perjuicio de los castigos previstos, la dirección de la prueba se reserva el derecho de excluir del Tour de Francia a todo corredor o todo miembro de la carrera convicto de haber roto los principios generales de la prueba") el equipo quedaba excluido. Sólo dos horas antes, el juez Patrick Keil había anunciado a Bruno Roussel, director del equipo, y a Éric Ryckaert, médico del conjunto, su procesamiento y la orden de prisión. En su declaración ante la policía ambos habían confesado que administraban "sustancias prohibidas a los corredores bajo estricta vigilancia médica". Lo ocurrido ayer convierte al 17 de julio de 1998 en uno de los días más graves de la historia del ciclismo.Nada más conocer la decisión judicial, Leblanc, que en todas sus declaraciones previas había advertido que el Tour no tomaría ninguna decisión sobre el equipo hasta que actuara la justicia y que había precisado que no se podía "excluir a los corredores porque no se les podía reprochar nada", convocó una conferencia de prensa de urgencia. Utilizando un helicóptero del Tour se presentó con rapidez en la meta de Brive y con voz grave declaró: "Para los organizadores del Tour la declaración de Roussel constituye una confesión, la admisión de que el dopaje en el equipo era una cosa organizada. Para nosotros, las autoridades deportivas, era bastante serio excluir al Festina del Tour. Es una decisión difícil de tomar, pero un hecho indispensable que esperamos sea saludable para el Tour y para el ciclismo". Y añadió: "Esperamos así poner fin al clima malsano que afecta a la competición. Creo que la ética deportiva y la moral del Tour es lo más importante de todo. Por ello hemos tomado la decisión de excluir al Festina de forma inmediata".

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Su discurso fue trasmitido en directo por la televisión francesa. Todos los corredores del Festina pudieron escucharlo desde sus habitaciones del Castel Novel de Varetz, el lujoso alojamiento que les cayó en suerte. Pero eso es una presunción. Seguramente se ahorraron ese trago. Durante la cena ya se les había comunicado su expulsión. Nada más cenar, los corredores, gastando bromas y sonriendo para ocultar la tensión que vivían, cruzaron el patio del castillo, la pasarela del foso y se recluyeron. Habló Pascal Hervé: "Hemos trabajado para estar aquí y aquí seguiremos". "Es indecente", dijo Zülle. Ninguna reacción a las confesiones de Roussel. Fue la última vez que se les vio en público ayer. Poco después, mecánicos, masajistas, el director español Miguel Moreno, llegado la víspera desde Toledo, el resto de auxiliares, también se encerraron. "No pueden tomar esta decisión", decía Moreno, un veterano curtido en mil situaciones. "No he visto nada igual en mi vida. Lo que han declarado Roussel y Ryckaert lo han hecho presionados, para intentar salvar el pellejo, lo han hecho desde la cárcel". Los corredores tienen previsto presentarse hoy a la contrarreloj pese a la sanción.

Miembros de la seguridad del hotel impedían el acceso al lugar de reposo del equipo. A través de las puertas entreabiertas se veía a los corredores cruzar el pasillo, subir las escaleras, hablar en los rincones. Los periodistas que tenían su número de teléfono móvil les llamaban y se encontraban con su contestador. El teléfono de la habitación lo dejaron descolgado. Tanto se cerraron en su suerte que hacían el papel de apestados, más que el de cabezas de turco injustamente tratados. ¿Cómo no sentirse así con tres miembros del equipo (director, médico y masajista) en la cárcel? ¿Cómo no sentirse así siendo excluidos de su carrera? No estaban para confesiones dramáticas, para alegatos de inocencia, para acusaciones a los demás.

Mientras, el representante de la empresa relojera en la carrera hablaba frenéticamente por teléfono con Miguel Rodríguez, el dueño. "No sabemos qué vamos a hacer", dijo. Se hablaba de un recurso judicial contra el Tour. No se dijo nada de su amenaza de retirar el patrocinio en caso de que quedara probado que había algún problema de dopaje.

El caso Festina ha dejado al pelotón en estado de shock. Algunos directores, desbordados por la desmesura que rodea al ciclismo en los últimos años, acogieron con alivio la intervención judicial. "Esto es algo bueno para el ciclismo", dijo Fabrizio Fabbri, director del Mapei. "El ciclismo había ido demasiado lejos. Estaba incontrolado. Los beneficios de esto los notaremos dentro de dos o tres años. Volveremos al ciclismo que se practicaba hace mucho tiempo. Hay que volver a partir de cero. Debemos hacer todos un examen general de conciencia".

Los directores no han podido reunirse y no han podido llegar a ninguna declaración conjunta,. José Migue Echávarri, director del Banesto, reaccionó con menos optimismo. "Hay que acatar la decisión del Tour con respeto a la dirección y con tristeza por el equipo excluido", dijo. "Pero creo que antes de que haya intervenido la justicia ordinaria, dentro del ciclismo hay gente que podía haber hecho algo para frenar la desmesura y no lo ha hecho. Empezando por los organizadores, por las carreras que plantean, los recorridos, la dureza. Todo ha abocado al ciclismo a esta situación".

Los cínicos con mala conciencia dicen ahora que las etapas de este Tour están siendo más tranquilas que ningún año porque el miedo a ser cogidos ha hecho que todos los equipos tiraran sus EPOs al mar de Irlanda. La historia les dirá que la detención de un masajista cargado en una oscura carretera de la frontera franco-belga salvó al ciclismo y a los ciclistas.

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