_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Accidente?

El pueblo, horrorizado. El propietario de la atracción mecánica dice que el suceso es muy raro. Los responsables de la Consejería de Industria prefieren no comentar el caso hasta que hable el juez. Los supuestos inspectores no aparecen. El alcalde ni sabe, ni contesta, ni se entera, que por algo es alcalde. La indignación popular les empuja a pasarse la pelota y todos se mantienen pendientes de los técnicos, esas socorridas figuras entre humanas y etéreas, milagrosas siempre, capaces de emitir informes para responsabilizar al Lucero del Alba de lo ocurrido. La cuestión es que el pequeño Alberto Márquez Gregorio, de 12 años, falleció el sábado electrocutado cuando disfrutaba de una tarde de feria junto al mar, en El Campello. La descarga se produjo cuando se disponía a recoger a su hermano menor de la atracción conocida como Scalextric, un serpenteante trenecillo de coloristas vagones con forma de animales. La atracción más solicitada. Se apoyó en una columna por la que discurría el mortífero cableado de un halógeno. Un accidente, dicen las autoridades aferrándose al diccionario porque no tienen mejor consuelo que ofrecer a la familia. Un suceso eventual que altera el orden regular de las personas o de las cosas. Una alteración definitiva en este caso. Accidente es un término demasiado suave y cobarde para este caso. La muerte de Alberto se produjo por negligencia, por un descuido quizás, pero un descuido tan involuntario como negligente. Me gustaría adivinar qué persiguen técnicos y políticos cuando insisten hasta la saciedad en que las instalaciones mecánicas disponían de todos los permisos necesarios, boletines de industria, certificados varios, seguros en regla y revisiones obligatorias. Intuyo que no es más que un intento de acallar sus conciencias, un escudo protector para explicar lo inexplicable. Porque cuando todo está en orden no caben fallos como éste. No es posible que un niño encuentre la muerte en una atracción mecánica para niños.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_