El gol obsesiona a Francia

La clasificación para las semifinales no ha rebajado para nada el debate abierto en Francia sobre el juego de su selección. Hay una clara confrontación entre quienes abogan por liberar el juego del equipo y los que son partidarios de intentar llegar a la final de la misma manera que se han superado los octavos y los cuartos. La selección, obviamente, se ha apiñado en torno a su técnico, Aimé Jacquet, mientras la crítica periodística apunta a que el talante de los otros tres semifinalistas -Holanda, Brasil y Croacia- pide que Francia que suelte el freno de mano. Ya no hay enfrente otra Italia que exija mantener tanta precaución defensiva. Mejor sería trabajar soluciones ofensivas a las carencias del equipo: un gol en los dos últimos partidos y en la prórroga.Jacquet, beligerante con los periodistas que cuestionan sus planteamientos, evitó ayer nuevos conflictos, y se centró en temas más generales. "Estoy satisfecho por haber llegado a las semifinales, pero ahora nuestra meta es la final", expuso. "No será fácil, porque Croacia es un rival muy duro y muy bueno, sobre todo técnicamente. No me sorprendio su triunfo sobre Alemania", agregó. El seleccionador, sin embargo, convino con la mayoría de sus futbolistas que era preferible medirse a Croacia que a Alemania. "Psicológicamente nos conviene más", dijo, "porque los jugadores estaban muy pendientes del equipo alemán. El problema es que toda la presión recaerá en nosotros". Pero ni croatas ni alemanes, ni siquiera Brasil, son las selecciones preferidas de Jacquet: "Me gusta mucho Holanda y, entre los jugadores, me quedo con Bergkamp y Overmars".

"Me gustaría recordar que Brasil fue campeón en el Mundial de Estados Unidos-94 por su buena solvencia defensiva", expuso Blanc al debate. "No encajaba goles y dominaba el partido desde atrás. Es cierto que estaba Romario para meter goles, pero su ventaja ante cualquier rival fue que no los encajaba". El libre ex azulgrana entiende que hay una confusión en torno al sistema del equipo. No es que defienda en demasía y, consecuentemente, pierda poder en ataque sino que le cuesta materializar las ocasiones. "Frente a Paraguay e Italia tuvimos opciones, pero nos faltó serenidad".