Francia recela de Croacia
Francia desconfía de Croacia, aunque la prefiere a Alemania, su bestia negra en la Copa del Mundo. El discurso de Aimé Jacquet es especialmente significativo: "Hay que estar alerta con Croacia. Es una nueva nación, una nueva bandera, un nuevo equipo, y nos conviene estar prevenidos. Basta con remitirse al 3-0 que le endosaron a los alemanes. Los comentarios sobran". Y, acto seguido, el seleccionador añade: "Pero no me cabe en la cabeza que podamos quedarnos una vez más en las semifinales del Mundial". Como les ocurrió en 1958 (Suecia) frente a Brasil, en 1982 (España) ante Alemania y en 1986 (México) también con Alemania.Los jugadores franceses procuran también matizar el mensaje optimista que vive el país por el emparejamiento con los croatas, un equipo al que ven accesible, sobre todo después de la victoria conseguida ante Italia. "Croacia es una selección muy fuerte en el apartado individual", apunta el lateral Lizarazu. "Tal vez no tiene la mentalidad de los alemanes, pero dispone de jugadores capaces de marcar la diferencia en un partido".
La plantilla, que ayer gozó de jornada festiva, iniciará hoy la preparación del encuentro del próximo miércoles en un ambiente sereno. Más que el rival, Francia parece preocupada por ella misma y, de forma especial, en su sequía goleadora. Únicamente ha encajado un gol y de penalti, -frente a Dinamarca-, pero en la segunda fase, ante Paraguay e Italia, sólo ha marcado un tanto, en la prórroga y por medio de un defensa: Laurent Blanc, en el minuto 113 del choque ante el equipo que capitanea Chilavert. La cifra resulta especialmente sorprendente si se tiene en cuenta que Francia anotó nueve goles en los tres partidos de la primera fase.
Los encuentros contra Paraguay e Italia han puesto de nuevo a debate las alineaciones de Jacquet, y de forma muy especial la que presentó ante la selección de Cesarone Maldini. La crítica le pide un grado más de osadía: Trezeguet y Henry deberían tener más protagonismo que, por ejemplo, Givarc"h. Muy acostumbrado ya a la crítica, el seleccionador francés no se da por aludido: "Si el equipo es capaz de generar ocasiones como hasta ahora, el gol ya llegará". Los jugadores admiten, en cualquier caso, que por la presión o circunstancias que rodean a los partidos, les falta precisión en el último pase y acierto en la pegada. "Hay que mantener el buen nivel de elaboración del juego y al tiempo mejorar en su finalización", coincidieron la mayoría de los encuestados. Puede ser una cuestión puramente psicológica. Entienden, en definitiva, que el problema se soluciona con la llegada de un gol durante el tiempo reglamentario. Así de fácil, así de difícil.
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