Numerosos políticos asisten al funeral de la esposa del alcalde de Lleida
Más de dos mil personas, entre las que se encontraban destacadas personalidades de la política catalana, asistieron ayer a los funerales de Marisa Tarragona, esposa del alcalde de Lleida, Antoni Siurana, que falleció el viernes a causa de la grave enfermedad que padecía desde hacía dos años. Marisa Tarragona tenía 53 años y era madre de tres hijas, la mayor de las cuales tiene previsto contraer matrimonio el próximo mes de septiembre.
La ceremonia religiosa se celebró en la catedral de Lleida y fue oficiada por el obispo de la diócesis, Ramon Malla. La capacidad del templo resultó insuficiente para dar cabida a los centenares de leridanos que quisieron dar el último adiós a Marisa Tarragona y acompañar al alcalde y a su familia en momentos de gran dolor. Malla destacó en la homilía las cualidades humanas de la difunta y sus servicios a la comunidad, y añadió que la muerte no puede romper el amor que durante los últimos años había ayudado a la familia a luchar contra la grave enfermedad que padecía. Además de los representantes de todas las instituciones, partidos políticos, entidades culturales y asociaciones vecinales de Lleida, acompañaron a la familia Siurana los consejeros de Gobernación, Agricultura y Enseñanza, Xavier Pomés, Francesc Xavier Marimon y Xavier Hernández, respectivamente; el presidente del Parlament, Joan Raventós; el alcalde de Barcelona, Joan Clos; los candidatos socialistas a la presidencia del Gobierno central, José Borrell, y de la Generalitat, Pasqual Maragall; la plana mayor del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), encabezada por su primer secretario, Narcís Serra, y el presidente del comité de gobierno de Unió Democràtica (UDC), Josep Antoni Duran Lleida.