CUMPLEAÑOS SIN DIANA
No hubo fiesta pero sí invitados, 2.500, y un anfitrión familiar: Charles Spencer, hermano de la homenajeada muerta, Diana de Gales. El conde recibió sonriente a los primeros visitantes que acuden a rendir sus respetos a una princesa que ayer hubiera cumplido 37 años. La casa natal de Althorp les esperaba con sus entradas, adquiridas de antemano por 9,5 libras (unas 2.500 pesetas) y que se asegura que alcanzan ahora en la reventa un precio superior a las 25.000 pesetas, para que admiraran un museo y un pequeño mausoleo nuevos. En el frente de éste figura una silueta de la princesa esculpida en mármol negro sobre fondo blanco y dos placas con palabras de ella y de su hermano. "Damos gracias por la vida de una mujer de la que estoy muy orgulloso de llamar mi hermana: la única, la complicada, la extraordinaria e irrepetible Diana, cuya belleza interior y exterior nunca podrá apagarse de nuestras memorias", dice la que la del conde. En la de la princesa: "Nada me da mayor felicidad que intentar ayudar a los más vulnerables de la sociedad. Es un gran objetivo y una parte esencial de mi vida, una especie de destino. Cualquiera que esté necesitado puede acudir a mí. Iré corriendo donde quiera que estén". Una sala, abierta en las antiguas caballerizas, incluye recuerdos íntimos de la vida de Diana y junto a ella se encuentra la tienda donde se podrán conseguir algunos de los artículos en recuerdo de la princesa. Allí puede verse desde su uniforme escolar y un triciclo en forma de coche rojo, hasta vestidos y joyas, cartas y, por supuesto, el traje de novia. La muestra trata de reflejar la personalidad de una jovencita soñadora convertida en princesa y madre y más tarde en abanderada de causas nobles. Los informes del colegio descubren a una niña emotiva y poco dotada para los estudios. El casco y chaleco protector que llevó para apoyar la prohibición de las minas antipersonas denota a la mujer que empezaba a encontrar su propio camino. La mansión de los Spencer estará abierta hasta el 31 de agosto, fecha del accidente en París. El conde Charles ha gastado una fortuna, que sin duda no tardará mucho en recuperar, en acondicionarla para las 150.000 visitas esperadas y se ha comprometido a dedicar los fondos recaudados al mantenimiento de las instalaciones, a mejorar los accesos a Althorp y a ampliar los espacios dedicados a la memoria de la princesa. Nadie podrá ver de cerca la tumba de Diana, enterrada en un lago artificial. A pesar de las múltiples críticas hechas al hermano por explotar la memoria fraterna, los primeros turistas salieron ayer "encantados y conmovidos" y depositaron innumerables tributos florales en el parque interior.- ,
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