La fiscalía y la acusación piden 25 años de cárcel para un joven por el asesinato de sus padres en Huelva
Sergio Bermejo Vázquez, de 18 años, asistió ayer, sentado en el banquillo de los acusados, a la primera sesión del juicio que determinará si cometió el doble crimen contra sus padres, ocurrido el 4 de marzo de 1997, en Minas de Riotinto (Huelva). El joven permanece desde entonces ingresado en la Prisión Provincial de Huelva. La fiscalía y la acusación particular de oficio, solicitada por su propio hermano, Ángel Bermejo, piden penas de 13 años de prisión para el joven por cada uno de los delitos. Esto suma los 25 años de cárcel que se piden para Bermejo. Ambos ministerios, en sus calificaciones provisionales, señalan la existencia de un agravante de parentesco de las víctimas con el acusado y de un atenuante de la minoría de edad del presunto parricida, que tenía 16 años cuando ocurrieron los crímenes. La defensa exige la libre absolución del joven, porque considera que los asesinatos no están probados, y él niega en todo momento haber acabado con la vida de sus progenitores. Durante la primera sesión de la vista, que se desarrolló en la sala número 1 de lo Penal de la Audiencia de Huelva, bajo el procedimiento del jurado popular, todas las partes expusieron sus planteamientos a un tribunal compuesto por tres mujeres y seis hombres. Los hechos, según la investigación judicial, ocurrieron en el domicilio familiar, tras una discusión entre los padres y el acusado. El presunto asesino dio muerte a su padre, de 54 años, y, posteriormente, a su madre, de 57 años, disparándoles a bocajarro con una escopeta semiautomática de casa. Después, remató al primero con un objeto punzante y golpeó a su madre con un machete en el cuello y la cara, hasta producirle la muerte, según la reconstrucción de los asesinatos realizada por la fiscalía. Sergio Bermejo, que escuchó muy serio y atento la explicación de los hechos por parte de la acusación, negó también encontrarse en el domicilio a la hora en la que se cometieron los crímenes, entre las 12.00 y las 14.00 horas. El joven asegura que acompañaba a su hermano cuando se descubrieron los cadáveres, ocultos en el cuarto de baño de una vivienda en construcción, anexa a la suya, propiedad de Ángel Bermejo. Las acusaciones presentan como prueba, entre otras, la ropa y las zapatillas que llevaba puestas Sergio Bermejo cuando ocurrieron los hechos y que fueron encontradas, manchadas de sangre, en un contenedor próximo a la vivienda por la Policía Local de Riotinto. "Mi muñequera la tengo en la cárcel y la camiseta puede ser mía pero no lo sé, porque no tiene la marca que hacía mi madre para diferenciarla", aseguró el presunto asesino. Ángel Bermejo, en su comparecencia como testigo de la acusación, negó la versión expuesta por el inculpado. "Mi hermano es violento y tiene mal carácter. Mi madre me contó que en una ocasión la empujó y la tiró al suelo", declaró. "Cuando vio a mis padres muertos se echó a llorar durante un minuto, pero luego mostró indiferencia", dijo Ángel Bermejo.
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