Una huelga de sólo 9.000 empleados paraliza en EEUU la General Motors
Tras casi un mes de huelga y el inicio del periodo vacacional desde hoy, lunes, el gigante automovilístico General Motors (GM) empieza a tener dificultades para abastecer en EEUU a los concesionarios de sus automóviles.Muchos concesionarios de una costa a otra de Estados Unidos están alarmados porque la huelga de los 9.200 trabajadores de dos plantas de GM en Flint (Michigan) ha paralizado, prácticamente, la producción en Norteamérica y, en consecuencia, las entregas de vehículos nuevos, justo en la época de más ventas del año.
La huelga empezó el pasado 5 de junio y ha costado ya a GM varios cientos de millones de dólares, ya que se encuentran paralizados 148.000 trabajadores de todas sus plantas, imposibilitados para continuar el trabajo sin las piezas de carrocería y componentes que se fabrican en Flint.
Los 9.200 trabajadores de esos dos centros iniciaron la huelga por la falta de seguridad en el empleo -muchos de ellos trabajan por horas-, así como por las normas de seguridad en el trabajo. "Si esto sigue así, en las próximas semanas voy a estar muy nervioso", declaró el responsable de un concesionario de Portland (Oregón), que habitualmente dispone de 120 vehículos que ofrecer a sus clientes, pero que ahora han quedado reducidos a 60 coches. Lo mismo está ocurriendo con las ventas.
Pero además de que GM está perdiendo mucho dinero, pues toda su línea de producción está prácticamente paralizada, otro tanto les está ocurriendo a los trabajadores de la ciudad de Flint, en donde la práctica mayoría de sus ciudadanos dependen del fabricante de automóviles. De 22.550 vehículos fabricados diariamente en todos los centros de GM, se ha pasado ahora a menos de 2.800.
Cada trabajador en huelga cobra del sindicato del automóvil, UAW, 150 dólares a la semana (unas 22.500 pesetas), por lo que las familias ya han empezado a reducir gastos en todo: ninguna salida de fin de semana, al cine o a cenar, y mucho menos vacaciones, hasta que la huelga termine.
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