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ANÁLISIS

Escasa, pero suficiente

Empieza ya a ser una costumbre en Joan Romero el ganar por los pelos. Se alzó con la victoria en el congreso de la Politécnica por tres votos y ha conseguido que las bases de su partido le elijan candidato a la presidencia de la Generalitat por tres puntos. El número mágico de este hombre debe ser el tres porque de otra forma no se explica. La victoria de Romero, que habrá que analizar con más detalle, supone de entrada la estabilidad para el partido de los socialistas valencianos, a pesar de esa aparente y engañosa división en tres tercios. Estas primarias, no se olvide, servían exclusivamente para que los militantes del PSPV eligieran su cartel electoral y no suponían ninguna segunda vuelta del anterior congreso. En ese sentido, sí cabe afirmar que la base del socialismo se ha mostrado absolutamente dispersa, lo que no significa otra cosa que Romero, Asunción y Ródenas han sido evaluados por sus compañeros como tres competentes adversarios frente a Eduardo Zaplana. La escasa, pero suficiente victoria del secretario general le obliga a tender puentes hacia sus competidores en estas primarias. La tentación de liquidar las hipotecas que mantenía con los seguidores del ex ministro del Interior e Izquierda Socialista, con cuyos apoyos configuró el llamado Movimiento para el Cambio y con los que alcanzó el puente de mando del PSPV, y marginar a quienes han apoyado a la ex alcaldesa de Valencia puede ser tan intensa como desastrosos sus resultados. Si Romero no es capaz de reprimir su tendencia hacia una cierta soberbia, teñida de algunas dosis de autoritarismo, se encontrará con que sus cortas victorias le proporcionarán una cierta satisfacción personal, pero que resultarán funestas para la organización que dirige. Ahora, y en la inmediata configuración de las candidaturas electorales, tiene la oportunidad de completar la renovación iniciada en la Politécnica con una integración real de los distintos sectores del PSPV. Autoridad moral para alcanzar ambos objetivos tiene de sobra. De momento, tiene ante sí un problema inmediato que resolver. La derrota de Antonio Moreno en su intento de ser el candidato a la alcaldía de Alicante coloca al portavoz del Grupo Socialista en las Cortes Valencianas en una delicada situación, porque si Romero ha sido refrendado por dos veces, Moreno ha sido doblegado doblemente. El secretario general del PSPV ha conseguido la estabilidad para sí y para su partido, pero ahora debe hacer frente a una más que probable crisis en las Cortes. Suya es la palabra.

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