_
_
_
_
Reportaje:

Ley seca en Calvià y Lloret

En Calvià, la zona roja de Mallorca, el litoral más clásico del turismo de masas, se ha decretado una especie de ley seca: hay restricciones para la venta de alcohol en botellas de vidrio y se restringe el suministro de bebida a la gente que muestre síntomas de embriaguez. En la localidad turística catalana de Lloret, el ayuntamiento hizo algo similar ayer. Salvo en bares y discotecas, no se podrá vender alcohol entre las 23 horas y las ocho de la mañana. Una normativa que se adelanta a la reglamentación que prepara el Parlamento catalán para restingir la venta de bebidas alcohólicas en gasolineras y centros sanitarios.

La autoridad local de Calvià pretende protegerse de los desmanes de algunos vándalos del norte de vacaciones, futboleros fanáticos dispuestos a diluir con exceso en alcohol -y en agresiva exhibición callejera- sus pasiones deportivas y frustraciones personales. El Mundial es una excusa más, porque en otros veranos sin espectáculo ni competición las aceras y las calles del lugar devinieron circos y batallas.

Margarita Nájera, la alcaldesa socialista del poderoso municipio turístico mallorquín -habitualmente genera iniciativas singulares para restaurar el territorio que depredaron negociantes, alcaldes y banqueros-, ha hecho saber en un tercer bando las medidas decretadas, destinadas al bienestar ciudadano y al control del orden público. En la madrugada de hoy, el enfrentamiento de la selección de Inglaterra con la de Colombia puso de nuevo a prueba el dispositivo de control. "No hemos prohibido vender alcohol. Esto no es Chicago años veinte", advirtió Nájera ayer por la tarde. "De acuerdo con los empresarios turísticos y los dueños de bares y discotecas, hemos pactado una serie de normas y criterios de obligado cumplimiento para frenar la degradación callejera y evitar que pueda aparecer algún conato de violencia".

Los episodios de alegría bajo control, según la autoridad, vividos en las noches de los dos partidos anteriores de la selección inglesa -sus hinchas emigran dos semanas al año hacia el sur y tienen como algunos de sus queridos hábitats naturales algunos rincones de Calvià- avalan la eficacia del relativo estado de excepción en esta zona caliente.

Medio centenar de policías locales se desplegaron en la calle de Punta Ballena y aledaños, que tiene, con cerca de 100 bares y pubs , la más alta densidad del Mediterráneo de fachadas dedicadas a los destilados, cervezas y variantes de alcohol de maduración. "Hay que tener en cuenta", agrega la alcaldesa Nájera, "que el bando quiere evitar que gente ebria con botellas en la mano y en plena calle abarrotada de personal transforme el casco vacío en un proyectil. Una botella de cava pesa un kilo y lanzada desde varios metros es un artefacto de impacto muy peligroso. Sin botellas en la calle, la policía puede circular sin cascos ni protecciones especiales y se evita ya una carga de tensión estética, una estampa que revela una cierta situación de violencia. Esto el martes funcionó perfectamente".

Esto es una barriada extranjera. En los portales de los pubs y supermercados se anuncian en inglés las ofertas de copas baratas y se advierte con banderas y pizarras el horario de las retransmisiones de interés para aficionados ingleses. Bastantes de estos turistas han encargado su paquete vacacional sabiendo que en Magaluf de Calvià existen zonas francas para la juerga, con buena música y con enormes almacenes de bebidas, donde casi no hay horario de apertura y cierre. Algunos tienen más interés en la noche que en ir a la playa. Llegan, incluso, con el nombre del bar recomendado escrito.

El Mundial de fútbol es un complemento más en esta área de turismo, en cierta manera marginal . Los abusos callejeros sólo han aflorado una vez en esta edición. Para celebrar un resultado del equipo de Inglaterra, un hooligan tomó la cabina de una furgoneta que pasaba por allí como tablado de sus zapateos. Un grupo de chicas le jaleaba y otros 200 colegas gritaban. Cerca de medio centenar de policías locales patrullaron la madrugada pasada. La alcaldesa niega la faz degradada de Magaluf y Punta Ballena: "Es el lugar más divertido, con mejor música y más ambiente de Mallorca. Lo dice mi hijo Álex, de 15 años.". Hoy en Calvià habrá 30.000 británicos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_