El teatro de Alcalá
Me gustaría con mi carta dar testimonio de la vergüenza que sentí al leer el artículo sobre el mal uso, dado por los políticos que no por los expertos, valga matizar, al Teatro Cervantes de Alcalá. Como filóloga y estudiosa de las políticas culturales en Europa, me duele el alma cada vez que veo cómo la ignorancia de los de arriba da la espalda a lo que podría ser una mina para España. No es de extrañar tampoco que la alarma haya venido de su paralelo, el teatro Globe de Londres, que ha tenido la suerte decrecer en un país donde el sector cultural es el tercer productor de riqueza del país gracias a la conciencia que, si no artística, al menos sí es instrumentalista de sus políticos.
Si supiéramos explotar la riqueza cultural que hemos ido acumulando a través de siglos de escritores maravillosos (Cervantes, Calderón, Lope entre los más conocidos) como los británicos han explotado repetitivamente hasta el ultimo verso de Shakespeare, no sólo serían las playas las que se llenasen de turistas durante el verano, sino que los festivales de teatro dejarían de ser un lugar para estudiosos que no tienen nada mejor que hacer durante sus vacaciones de agosto y nuestra proyección internacional cambiaría radicalmente.
Montones de ejemplos se podrían poner sobre la regeneración social y económica a través del teatro y la cultura en diferentes puntos de Europa. Así que a ver si los que les concierne siguen el ejemplo, que si no por amor al arte, ya que ese tipo de sensibilidad no se adquiere de repente, al menos por los beneficios que- pueden derivar para la sociedad en general. — .
